Semana 7 en la huelga de la basura en A Coruña: freno a los actos vandálicos y desgaste en la plantilla

La crisis de la basura sigue impidiendo que A Coruña tenga un verano tranquilo. Con comerciantes desesperados, vecinos hartos y turistas que se tapan la nariz por las calles del centro de la ciudad, la buena noticia es que la noche del sábado no se registró ningún incidente vandálico relacionado con esta emergencia sanitaria: fue la primera noche sin quema de contenedores en semanas —son ya 159 los colectores que han ardido—. Lo confirma la comisión de seguimiento, compuesta por la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, la concejala de Medio Ambiente, Yoya Neira, la concejala de Seguridade Cidadá e Interior, Montserrat Paz, y el concejal de Economía e Planificación Estratéxica, José Manuel Lage, además de técnicos municipales de las diferentes áreas. 

Informan también fuentes municipales de que en la noche del sábado 3 de agosto Valoriza, que refuerza la recogida de residuos en la ciudad, retiró un total de 56 toneladas de basura orgánica e inorgánica, labores que se completaron sin incidencias. Así, la cantidad de desechos recogidos desde que comenzó la emergencia sanitaria supera ya las 600 toneladas. 

En el séptimo día de huelga indefinida, según confirma la concesionaria Prezero, ningún trabajador ni trabajadora secundó el paro, como ha ocurrido en los días anteriores. Sin embargo, en la pasada jornada no se registró recogida de basura en los barrios de Os Mallos, O Castrillón, Os Castros, A Sardiñeira y Elviña. En los Rosales, por su parte, se retiró tan solo el 5 % de los residuos acumulados. La zona de Matogrande-Eirís, no salió mucho mejor parada, con solo el 15 % de la basura retirada, y en la Ciudad Vieja, epicentro estos días del trajín del turismo y del ocio debido a las fiestas de María Pita, se recogió un 25 %. Solo se retiró la totalidad de la basura en el barrio de Pescadería-Centro.

«Huelga kamikaze»

Los trabajadores de Prezero entran hoy en la séptima semana de huelga con un desgaste importante y total incertidumbre acerca del desenlace que traerá el conflicto. Las conversaciones entre la dirección de la concesionaria y el comité de empresa están rotas desde hace varias semanas y no parece que el diálogo se vaya a restablecer a menos que el STL decida dar marcha atrás y desconvocar el paro para salir de lo que muchos consideran ya un callejón sin salida.

Más allá de las reivindicaciones sobre el convenio colectivo o la formación, las dos exigencias principales que ha puesto sobre la mesa el líder del STL han topado con el taxativo rechazo de la multinacional alemana, que no admite discusión sobre a quién corresponden las competencias en materia de contratación ni sobre la retirada de los expedientes sancionadores abiertos contra trabajadores por irregularidades cometidas desde el inicio de la huelga.

La postura de Prezero, que en el año 2022, recién aterrizada en A Coruña, enfrentó otra huelga jalonada de sabotajes, camiones en llamas y encapuchados patrullando las calles, parece hoy inamovible. Por el momento ha despedido a cinco trabajadores y sancionado a 40 por faltas graves y a otros 16 por faltas leves.

«Está perdida. Es una huelga kamikaze», señala una persona próxima al sindicato, que alude a conversaciones en el círculo del secretario general, Miguel Ángel Sánchez, para convencerlo de que mande parar. «Gente de su confianza le ha pedido hace varias semanas que pare, que está perdido, y él nada, para delante», añade. El fuelle y la unión de los huelguistas parecen desinflarse. La semana 7 puede ser clave.