Con 89 años, y desde hace 7 entre moho en su piso de protección oficial en A Coruña: «Si no lo ves con tus ojos, no te lo crees»
A Coruña
Una mujer de 89 años que lleva siete viviendo entre moho
Su piso en el barrio de las Flores sufre gravísimas filtraciones desde hace años. La Xunta, responsable de ejecutar las reparaciones, asegura que la firma del contrato para la ejecución de la obra «es cuestión de días»
05 Oct 2024. Actualizado a las 19:29 h.
En el barrio de las Flores, en la calle de los Tulipanes, hay una mujer de 89 años que lleva casi siete viviendo un calvario. Un edificio de hormigón, con los rasgos típicos de la construcción franquista. Pero no uno cualquiera. Uno firmado por el premio nacional de arquitectura José Antonio Corrales. La unidad vecinal nº. 3. Originalmente, pisos de protección oficial. Los inquilinos pagaban una muy moderada renta y, eventualmente, se les ofrecía la posibilidad de quedarse el inmueble en propiedad por una también moderada suma. Muchos de ellos, la mayoría, ejecutaron la opción de compra. Pero no María Luisa Lence. Ella prefirió mantener el régimen de alquiler. Algo que, con el tiempo, se revelaría premonitorio.
Por aquel entonces, la mujer vivía con su marido, constructor jubilado. Cuando se les ofreció la posibilidad de cambiar el régimen del alquiler a la tenencia fue él, resucitando el olfato profesional, el que se negó. Ya entonces, algo no le olía bien. Así que decidieron permanecer en la condición original. «Fíjate, él ya lo había adivinado», cuenta el hijo del matrimonio, Manolo Barcia Lence.
Los problemas comenzaron cuando, por un deterioro estructural, el suelo de la terraza comunitaria (que es el techo del tercer piso) empezó a filtrar agua. No sería ajustado decir que esto hizo mella en el hogar de María Luisa, por aquel entonces una viuda de más de 80 años. Las estancias de la casa quedaron completamente invadidas por enormes humedades y por moho. Se fueron estropeando también poco a poco los muebles de madera. «No sabría ni explicarlo con palabras. De verdad que para entender cómo está la casa de mi madre hay que verla con los propios ojos», cuenta, entre indignado e impotente, Manolo.
Como María Luisa, tiempo atrás, había renunciado a liquidar los términos originales del arrendamiento, sobre el papel ella seguía siendo inquilina de la Xunta. Así que, ya en 2016, hizo con la ayuda de Manolo las primeras reclamaciones para que la administración se hiciera cargo de los destrozos. En un principio, según relata, recibieron evasivas y más evasivas. «Nos decían que ellos no tenían obligación de hacerse cargo. Pero, de toda la vida, es el casero el que tiene que hacer frente a los desperfectos. Se llame el casero como se llame. Y nuestro casero, en este caso, eran ellos», razona Manolo.
«Estamos hablando de una señora de 89 años que tiene problemas respiratorios»
Como la interlocución estaba en punto muerto, madre e hijo decidieron elevar el caso a los tribunales. Una sentencia del año 2020 le da la razón a María Luisa y condena al Instituto Galego de Vivienda e Solo a ejecutar las reformas pertinentes para «devolver el inmueble a perfectas condiciones». «El cumplimiento de la prestación a la que viene obligado el Organismo demandado, en calidad de propietario de la vivienda de referencia —obligación de conservación y comprobación y reparación de los daños existentes en la vivienda—, ya le fue reclamado a aquél, mediante escrito de fecha 13 de diciembre de 2017, sin que por su parte, se haya acometido ningún tipo de actuación en el sentido solicitado», reza el documento.
Después de una dilatadísima espera, por fin (parecía) comenzaban las reparaciones. Pero, al efectuar el levantamiento de las zonas afectadas, quedó claro que no era posible subsanar los desperfectos del tercero sin acometer una reforma mucho más grande contra las erosiones del bloque. Así que se inició otro proceso para licitar este nuevo proyecto. Un proyecto que, a día de hoy, a aún no se ha ejecutado. El Instituto Galego de Vivienda, al ser consultado, aseguró que «A Xunta xa licitou as obras de reparación, conservación e mantemento nesta terraza de uso comunitario situada na rúa Tulipáns, no Barrio das Flores, na Coruña, por un investimento de case 83.000€. Esta intervención está avanzando no seu proceso de contratación. O Instituto Galego da Vivenda e Solo está a axilizar o procedemento para acometer o antes posible estas actuacións».
Lo cierto, no obstante, es que desde entonces María Luisa vive en condiciones muy delicadas. Y hace más de 4 años del fallo judicial. «Hasta empeoraron las condiciones desde que vinieron por primera vez, porque dejaron el techo más descubierto. Antes, al menos, frenaba algo. Pero como levantaron la placa original ahora el agua cae del techo como si tuviera un grifo abierto. Como la cascada de riachuelo», relata Manolo, que además hace hincapié en la fragilidad del estado de salud de su madre. «Estamos hablando de una señora de 89 años que tiene problemas respiratorios y del corazón y que lleva años viviendo en una casa llena de moho».
Ahora la problemática es aún más grave. Mientras se van resolviendo los últimos trámites para acometer finalmente la obra, otros vecinos se han empezado a ver afectados. Las filtraciones han llegado también al piso de abajo. Desde la Xunta prometen que es cuestión de días. «La licitación esta pendiente de firma contrato ya en los próximos días. Y estamos pendientes de que el Concello nos conceda la licencia de obra», apuntan. Mientras tanto, el agua sigue fluyendo por el esqueleto de la unidad vecinal nº. 3 y hacia cada esquina de la casa de María Luisa.