La Voz de Galicia

Inés Rey toma el mando ante la crisis en A Coruña

A Coruña

David García A Coruña / La Voz

La alcaldesa analizará «todos los mecanismos» para aprobar las nuevas cuentas, que ve seguras. El rechazo del BNG abre una nueva etapa en la que se prevén dificultades para llegar a acuerdos

20 Nov 2024. Actualizado a las 05:00 h.

El día de la resaca tras la negativa del BNG a apoyar un nuevo presupuesto del PSOE puso el foco en la alcaldesa, Inés Rey, que compareció públicamente y analizó el asunto sin querer valorar la decisión nacionalista. 

la alcaldesa

Mensaje firme, pero sin entrar en acusaciones. Inés Rey no se pronunció el lunes sobre el anuncio del BNG, pero este martes respondió a cuestiones sobre este asunto. La regidora se mostró segura al defender que el próximo año «habrá presupuesto» y que «la ciudad no se va a quedar paralizada». Sobre la vía que seguirá el gobierno local para hacerlo fue tan contundente como críptica. «No descarto ninguna posibilidad» y utilizará «todos los mecanismos a mi alcance» fueron sus mensajes. 

sin autocrítica

Desvía la atención hacia el BNG. Tanto la alcaldesa, este martes, como el portavoz municipal en el pleno del lunes trasladaron el peso de la decisión al Bloque. «La valoración la tienen que hacer ellos», dijo Rey en referencia al BNG, del que afirmó que «debe explicarlo a la ciudadanía, ni siquiera lo han discutido, pero nosotros seguiremos trabajando». Sin embargo, apenas hubo autocrítica hacia los incumplimientos presupuestarios y del pacto de investidura, como si la decisión de los nacionalistas hubiese surgido de repente. «Incluso as cuestións que se acaban cumprindo son tarde, mal e a rastro, é extenuante», aseguró Francisco Jorquera, portavoz del BNG. 

El psoe

Una nueva realidad. El anuncio del BNG tiene consecuencias más allá de la negativa a apoyar un nuevo presupuesto, ya que propicia un nuevo escenario en María Pita en el que el gobierno local se enfrenta a una situación que no había experimentado, al menos tan acusada. Cuenta con herramientas para que se aprueben las cuentas, pero el mensaje es que no van a tener al Bloque a su disposición, cuando necesitan de sus apoyos —o los del PP— para aprobar muchas cuestiones en el pleno al estar en minoría. Además, tanto el BNG como el PP mencionan en ocasiones que existen concejales del PSOE que no están en sintonía con muchas decisiones que toma el gobierno local. «Hai concelleiros que non se senten vinculados ao que acordan ambas partes», explicó Jorquera. La reestructuración del gobierno aplicada por Inés Rey en junio propició una distribución más horizontal, pero las acusaciones de «concentración de poder» de la oposición en torno a la figura del portavoz municipal se mantienen. 

laS TRES VÍAS

La cuestión de confianza, la más probable. El gobierno municipal tendrá que ser meticuloso con la decisión que tome para tratar de aprobar un nuevo presupuesto. Públicamente no descarta negociar con el PP, pero esta vía no parece tener mucho recorrido, y prorrogar el presupuesto actual es el último recurso. El escenario más probable es el de vincular las nuevas cuentas a una cuestión de confianza, ya que una entente PP-BNG para articular una moción de censura fue descartada por el portavoz del Bloque. Sin embargo, la oposición contará con otro mecanismo para plantear sus propuestas. Si el presupuesto se aprueba inicialmente, podrá presentar alegaciones, que luego tendrán que ser votadas en el pleno. 

Más allá de las cuentas

La mayor brecha dentro de una calma tensa. El no rotundo y unilateral del BNG marcará un antes y un después en lo que queda de mandato, otros dos años y medio. Los nacionalistas aseguran que estarán dispuestos a negociar otras cuestiones con el PSOE no vinculadas al presupuesto, pero su decisión estará siempre presente en los asuntos que vayan surgiendo. El año y medio de mandato consumido transcurrió en medio de una calma tensa desde el primer minuto. La decisión de Inés Rey de no negociar un posible gobierno de coalición fue criticada por el BNG, que desde entonces tensó la relación con los socialistas por los incumplimientos del pacto de investidura o situaciones puntuales, como la polémica por el caso del piso de Lage o una deuda de 3,4 millones de euros en el IMCE. 

«El PSOE siempre estuvo en minoría, pero no fue consciente»

Miguel Lorenzo, portavoz del PP, intuía que la decisión del BNG se podía producir, pero lo corresponsabiliza de haber llegado a la situación actual.

—¿Cómo valora la situación creada tras el anuncio del BNG?

—Es la crónica de una muerte anunciada. Desde hace tiempo, vemos al Bloque muy contrariado con la política municipal, sobre todo por el incumplimiento de los compromisos adquiridos. El anuncio me lo esperaba desde la primera reunión de los presupuestos y las declaraciones que hizo el Bloque, intuía que no había sintonía. Es una puesta en escena, habrá presupuesto prorrogado o una cuestión de confianza.

—¿Cree que está motivado?

—Cuando llegas a un compromiso de legislatura y no se cumple ninguna cláusula, no se cumplen las mociones y ningunean tus peticiones, el Bloque ha llegado al hartazgo. Eres un cómplice necesario para todas las políticas del Concello.

—¿Cómo queda el PSOE?

—El gobierno local siempre estuvo en minoría, algo de lo que nunca fueron conscientes, no ganaron las elecciones. Lo vi en muchas decisiones que tomó, que no contó con el resto de partidos y esto los devuelve a la realidad de tener que negociar.

—¿Negociar también con el PP?

—Estuvimos siempre abiertos al diálogo, lo único que me importa es A Coruña y los coruñeses, pero nuestras aportaciones no fueron escuchadas. Podemos sentarnos a negociar un presupuesto si cogen las 600 propuestas que hicimos, pero parto de dos inamovibles: la rebaja de impuestos y que ningún niño que tenga derecho reconocido a una beca comedor puede quedarse sin la prestación.

—¿Cree que le llamarán?

—Siempre que me ha llamado la alcaldesa he respondido a su llamada. Como partido que aspira a gobernar, tienes que estar a favor de todo lo que sea bueno para la ciudad. Si me llama, bien. ¿Si lo espero? Por qué no.

—¿Cómo ve la posibilidad de un gobierno alternativo?

—El problema que tiene el BNG es que, por encima del bienestar de la ciudad, está su ideología. Bajo ningún concepto van a permitir que gobierne el Partido Popular y esto me produce mucha tristeza, hay que buscar lo mejor, pero así nos va en la ciudad.

—A lo mejor aceptan que usted haga alcalde a Francisco Jorquera.

—El problema es que Jorquera renunció a presentarse a alcalde cuando fue la toma de posesión, yo me postulé.

—En el pleno dijo que la decisión del BNG viene de Santiago.

—Tengo muy claro que depende mucho de las directrices de Santiago. La alcaldía de A Coruña depende de la de Santiago.

La rocambolesca aprobación de las cuentas del 2017 tras una cuestión de confianza a Xulio Ferreiro

El PSOE acabó aprobando en solitario el presupuesto después de que el alcalde de la Marea perdiese una cuestión de confianza

D. García

Vincular el presupuesto a una cuestión de confianza es, ahora mismo, la opción más probable y no será la primera vez que algo así suceda en María Pita. La Marea lo hizo en el 2017, también tras un año y medio de mandato en minoría con el PSOE como socio prioritario, pero en aquella ocasión la diferencia estuvo en que fue el propio gobierno local el que rompió la cuerda.

Tras varias jornadas de reuniones y de que el PSOE diese por cerrado el acuerdo, la Marea anunció minutos después que irían a la cuestión de confianza. El principal motivo de discordia fue el deseo de los de Ferreiro de aislar políticamente a la ex secretaria general socialista Mar Barcón, aunque la Marea esgrimió otros argumentos.

El PSOE y el PP no articularon una moción de censura, pero presentaron alegaciones tras la aprobación inicial. El pleno para dar el visto bueno definitivo fue rocambolesco, ya que la Marea, el PP y el BNG se abstuvieron, mientras que los únicos que votaron a favor fueron los socialistas para incluir sus alegaciones. Acusaron al gobierno local de haber roto un pacto que incluía compromisos para más adelante y el cruce de reproches terminó siendo bidireccional.


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