El Spot Kiosco & Coffee, el quiosco con café y revistas con vistas al mar en A Coruña
A la última
David Cybulkiewicz trae a la ciudad un concepto que triunfa en Barcelona y con el que transforma el quiosco de toda la vida en un lugar en el que conviven el café, las revistas internacionales de moda, los artículos de surf y los cromos y las chuches para los más pequeños
14 Dec 2024. Actualizado a las 05:00 h.
«Estoy enamorado de esta ciudad y de este barrio». Hace un año David Cybulkiewicz hizo las maletas con su mujer Gabriela y su hijo de año y medio para dejar atrás Barcelona, ciudad a la que habían llegado hace 8 años desde Venezuela, e instalarse en A Coruña. No tenían amigos ni familia aquí: eligieron la ciudad porque querían una vida más tranquila y surfera: «Nos cansamos de la locura y quería aprender a hacer surf». Encontraron su hogar en el barrio de Monte Alto y, después de trabajar en la cocina de un restaurante durante un tiempo, David empezó a darle vueltas a la idea de tener un proyecto propio. Un quiosco en lo alto de la rampa del Matadero fue la clave. Inspirados por la transformación de estos espacios en ciudades como Barcelona, donde los quioscos pasaron a ser un lugar en el que pedir un café de especialidad mientras ojeas una revista de moda internacional, David abrió El Spot Kiosco & Coffee.
«Había un quiosco clásico en alquiler y nos motivó montar algo pequeñito, que fuese nuestro. Un lugar en el que poder pedir un café, con revistas de moda, fotografía o diseño y en el que también hubiese artículos de surf», explica David. Un lugar más actual, en el que también hay sitio para las costumbres de siempre de los clientes de toda la vida de los quioscos: «No queremos cambiar el concepto de quiosco. Queremos que aquí puedas pedirte una revista internacional, pero también que puedan venir los niños y tengan sus cromos y sus chuches. Yo recuerdo mucho cuando iba al quiosco con mi padre cuando era pequeño y charlábamos con el quiosquero. Eso es lo que me gustaría que pasase aquí, que la gente venga, desconecte del móvil cinco minutos y charle un rato».
David saluda a todas las personas que pasan por delante del quiosco. «Todavía no llegó lo tuyo» le indica a una de ellas. «Casi conozco a todo el mundo». El bonito azul Klein del renovado espacio lo pintó con sus manos: «Fue casi un mes entero en el que seguía funcionando como quiosco, pero me veías con una brocha en la mano, pintado de azul hasta las rodillas». Él mantiene el optimismo incluso con las obras que están realizando delante de su quiosco para remodelar la calle: «Sé que va a quedar increíble». Desde la ventanita de su negocio tiene unas vistas privilegiadas del mar. Cuando acaba de trabajar le espera el surf, un sueño que está cumpliendo y un deporte al que quiere dedicarle un espacio en el quiosco. «Estoy encantado y no puedo estar más feliz de cómo ha sido el recibimiento del barrio», resume.