Castro de Paz: «La situación actual de la Fundación Wenceslao Fernández Flórez es precaria»
Cambre
La entidad ha duplicado sus sedes para poder financiar sus publicaciones
08 Dec 2024. Actualizado a las 23:03 h.
Antonio Montero Carro, fallecido recientemente en Vigo tras una gran trayectoria vinculada, entre otros organismos, al Consello da Cultura Galega y al Museo Provincial de Pontevedra, dejó uno de sus grandes legados en Cambre. Fue el gran promotor de la Fundación Wenceslao Fernández Flórez (FWFF), creada en 1998 y de la que fue presidente tras el primer impulso de Xaime Isla Couto. Esta entidad está ligada a la antigua casa de veraneo del escritor, Villa Florentina, junto al Bosque Animado de Cambre que inmortalizó el autor.
En estos 26 años, la FWFF ha pasado por distintos avatares y para sobrevivir ha tenido que duplicar su sede. «La situación actual de la fundación es precaria», indica su actual presidente, José Luis Castro de Paz, que recuerda que la entidad se puso en marcha tras la compra por parte de la Diputación Provincial de A Coruña de Villa Florentina y «con un apoyo extraordinario del Gobierno de Fraga entonces, que ahora no tenemos. Fue lo que permitió la musealización de la casa y la compra de libros y de objetos del escritor». «En los primeros años, la fundación prácticamente se limitó a fortalecer la casa-museo, que es una parte, pero no es exactamente la fundación», recalca. A día de hoy es una entidad volcada en la investigación sobre la figura del escritor.
Castro de Paz —que había entrado en su día como patrono de la entidad a instancias de Montero, que lo llamó como historiador y experto en los trabajos cinematográficos relacionados con el autor— destaca el papel de la directora de la casa-museo, Alicia Longueira, en el funcionamiento de las actividades en Cecebre. Allí se han realizado desde ciclos de lectura, teatro, deportes vinculados con Wenceslao y conferencias, por las que incluso recibían fondos del Concello de Cambre.
«Pensé que había que darle una dimensión más allá a la fundación, que no se limitase a la casa-museo, sino también a impulsar, por fin, fórmulas para que se siga investigando la figura de Wenceslao, que es una figura clave, pero que por diversos motivos, como el ser humorista y haber apoyado la sublevación militar del 1936 (aunque la mayoría de sus novelas sean anteriores), hacen que haya quedado un poco relegado», afirma.
Asegura que en pos de ese objetivo comenzaron a impulsar una serie de publicaciones, entre ellas, desde hace ocho años, la Volvoreta. Revista de literatura, xornalismo e historia do cinema «que ha alcanzado prestigio, salen reseñas en Alemania», comenta. La edición de este año tiene casi 700 páginas y está centrada en las películas «perdidas» de Fernández Flórez. Este catedrático de Comunicación Audiovisual en la USC asegura que trabajan sin descanso para ampliar el conocimiento de la figura de este autor, también con una colección de libros, Cuadernos de Cultura Española del Siglo XX, de la que llevan ya 10 publicaciones.
Respecto a la situación financiera de la entidad, asegura que en estos momento la FWFF no cuenta con ninguna subvención del Concello de Cambre, «los gastos de la casa que debía pagar la Diputación los seguimos pagando nosotros, pese a que hubo veinte mil acuerdos de que se iba a arreglar, y se me ocurrió que como Wenceslao, aunque veraneaba en Cecebre, era un escritor coruñés, por pura lógica, debíamos ampliar a una segunda sede en A Coruña, en la Asociación de la Prensa, de la que él había sido secretario. Y eso nos permite entrar en las subvenciones de A Coruña, a las que antes no teníamos acceso», explica como estrategia para recaudar fondos. «Eso nos posibilita hacer la revista, pero no tenemos un duro más. Nos dan 5.000 euros para la revista, que vale 4.999», comenta Castro de Paz, reconociendo que más allá de esta aportación del Concello de A Coruña, «con el que mantenemos una relación estrecha, el apoyo que tenemos ahora es nulo».