La Voz de Galicia

Fina Sedes: «Ha sido una etapa muy enriquecedora y creativa»

Carral

T. Rivas A Coruña
Fina Sedes, durante su homenaje.

Acaba de jubilarse tras 30 años como profesora de la Escuela Municipal de Telares, Tapices y Macramé de Carral

11 Jul 2024. Actualizado a las 11:00 h.

 

Fina Sedes Freire (Mugardos, 1958) ha dado su última puntada laboral como profesora de la Escuela Municipal de Carral de Telares, Tapices y Macramé. Tras tres décadas de docencia, el Ayuntamiento ha querido rendirle un homenaje. Y aunque ahora cierra un capítulo importante de su vida, no duda que todavía le queda mucho por tejer.

—Treinta años son muchos.

—¡Y tanto! Van pasando sin apenas darte cuenta, pero cuando echas cuentas y miras atrás… Ha sido una parte importante de mi vida.

—Una vida marcada por la artesanía.

—Es un mundo que me atrajo desde siempre, ya desde niña. Mi marido y yo fundamos el grupo de Tapices Galicia hace un montón de años. Tenemos la carta de artesanos con el número ochocientos y algo y ahora ya van por la diez mil y pico.

—Las últimas tres décadas se ha dedicado a la docencia, pero antes también fue alumna.

—Aprendí muy pequeña a hacer macramé. Estudié otras cosas, pero el mundo de la artesanía siempre me atrajo. Quise aprender a tejer y pude hacerlo a través de unas becas de artesanía que la Xunta nos concedió a mi marido y a mí, Nos fuimos a Barcelona con el artesano Clemente Cóndor y allí nos enganchamos al mundo del textil.

—¿A los tapices llegaron después?

—Sí. Fue también en Barcelona, pero ya con otra beca. Aprendimos a tejer tapiz con la técnica del maestro uruguayo Ernesto Aroztegui, que era parecida a la del tapiz gobelino. Y después fuimos a Vigo a aprender telar de bajo lizo. Hicimos tejidos muy chulos para diferentes prendas que nos encargó Aurichu Pereira para una tienda en Santiago.

—Y decidió compartir todo lo aprendido. ¿Disfrutó con la docencia?

—Me encantó. Cada alumna, y digo alumna porque la inmensa mayoría fueron mujeres, llegó con sus propios proyectos e ideas. Unas querían un paisaje, otras que tuviese volumen… y eso me obligó a diseñarlos, pensar cómo tejerlos… y fueron muchos a la vez. Fue una etapa muy enriquecedora y creativa.

—¿Hay que tener alguna habilidad especial para iniciarse?

—Los conocimientos se adquieren haciendo la pieza, solo hace falta tener interés en aprender cosas nuevas. Es muy entretenido. Hicimos cosas muy diferentes. Trabajamos en telar de bajo lizo, aprendimos macramé, también micromacramé para pulseras, collares y pendientes… Así nos fuimos enredando durante treinta años.

—¿Con qué técnica aconsejaría empezar en este mundo?

— Con el tapiz 3D se empieza de una manera sencilla. En Europa la artesanía textil está en auge. Un tapiz es mucho más que tejerlo. Combinamos diferentes técnicas, desde ganchillo a otras de costura o incluso técnicas que se utilizan en la creación de alfombras.

—¿Durante este tiempo también se tejieron lazos de amistad?

—¡Claro! A los niños pequeños les resulta muy fácil hacer amigos, pero cuando uno es mayor no es tan sencillo. De los cursos han salido grandes amistades.

—A finales de junio le hicieron un homenaje por su jubilación.

—Fue muy bonito y emotivo. Ya no daré clases, pero seguiré creando porque la vocación no desaparece. Voy un poco mayor y necesitaba bajar el ritmo. El homenaje fue un detalle muy bonito.

—¿Y si le llaman o le escriben para pedirle ayuda con algún proyecto?

—Aquí estaré. Los grupos de WhatsApp siguen en pie y no los vamos a borrar. Ahí seguiré estando para ayudar y lo que haga falta.


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