La doble exhumación en Mesía de un comandante jefe de la guerrilla y un albañil tiroteados en una cuadra
Mesía
Ambos fueron enterrados en una fosa común tras dejar sus cuerpos al aire durante varios días
22 Aug 2024. Actualizado a las 05:00 h.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) tuvo que recurrir ayer a la ayuda de una retroexcavadora en los trabajos de localización y exhumación de dos guerrilleros gallegos víctimas de la dictadura franquista enterrados en una fosa común en la parte posterior de la iglesia de Visantoña, en Mesía, después de que sus avances con herramientas manuales resultasen infructuosos para localizarlos el pasado martes.
A petición de sus familias buscan a José Galán Núñez y Manuel Ramiro Souto, que fueron abatidos a tiros, supuestamente por la Guardia Civil, el 22 de junio de 1952 en una cuadra de Mesía, donde se habían refugiado tras recibir la protección económica de un vecino, que los había acogido unos días. Intentaron huir protagonizando un tiroteo con disparos y bombas de mano, pero fueron abatidos de disparos en la cabeza, sobreviviendo un tercer compañero, Juan Couto, que se rindió y comunicó que Galán y Ramiro estaban muertos. Teresa Ramiro, prima segunda de una de las víctimas, explica que en su familia lo que se transmitió fue que Couto precipitó que los descubrieran y, así, que fueran abatidos.
Ambos guerrilleros eran de Almeiras, en Culleredo, estaban solteros, tenían unos 30 años, y según las autopsias realizadas el 23 de junio de aquel 1952, los dos presentaban un disparo en la cabeza. Fueron enterrados en una fosa común, 13 años después del fin de la guerra civil y tras dejar sus cuerpos días al aire, detrás del templo de Visantoña, según testimonios orales y documentales.
El libro de Guerrilleir@ antifranquista da provincia da Coruña, de Lupe Martínez, recoge que Galán se echó al monte e integró varios destacamentos que luchaban contra la dictadura llegando a ser comandante jefe del destacamento de As Mariñas, participando en el incendio del Concello de Abegondo en julio de 1948, en un enfrentamiento en San Pedro de Nós (Oleiros) en 1951 y estuvo escondido en Oza. De ahí marcha a Betanzos antes de acabar escondido en Mesía. De la biografía de Ramiro Souto se sabe que era albañil y se echó al monte en compañía de sus tíos Ramón Romay Ramoné y Josefa Ramiro Santos, de ideales republicanos, para evitar que un desertor los delatase como enlaces de la guerrilla.
La documentación de aquellos años lo sitúa también en la quema del consistorio de Abegondo, en la muerte del guerrillero José Seijo Don, condenado así por la propia organización; en el golpe económico al pagador de la mina Carmen y en el enfrentamiento de Paramos en 1949. La causa militar contra Juan Couto revela que los acusaban de «bandolerismo», que tardaron siete días para enterrar sus cuerpos, que estuvieron varios días al aire, y en el libro de enterramiento parroquial se puntualiza: «Por hacer frente a la fuerza armada fueron muertos a tiros».
La ARMH busca con la localización de sus restos su reinhumación en un lugar digno y aliviar, al mismo tiempo, ese pasado que la Ley de Amnistía de 1977 permitió dejar en el olvido.