La Voz de Galicia

La Senda dos Sentidos, en Miño, un paseo convertido en mirador

Miño

CRISTÓBAL RAMÍREZ

Es un recorrido fácil de hacer y con unas panorámicas impresionantes

19 Feb 2023. Actualizado a las 22:11 h.

El golfo Ártabro ofrece paseos simplemente magníficos: fáciles de hacer y con unas panorámicas impresionantes. Solo se trata de saber aprovechar los recursos que brinda la naturaleza, como ha hecho el Concello de Miño al crear la Senda dos Sentidos, nombre apropiado excepto para el sentido del gusto, porque no hay nada para comer.

La senda es corta, poco más de un kilómetro, y entra en el capítulo de lo justo felicitar a quien corresponda porque no se ha caído en la tentación tan gallega de darle ancho, y poco menos que asfaltarla.

Además, hay posibilidades de extenderla un poco, comenzando en la llamada popularmente playa pequeña. O sea, no la Grande de Miño, la más frecuentada, sino la que está pegada al puerto. Y ahí, en el puerto, es posible aparcar cerca de un parque infantil (en verano, muy difícil) y echar a andar por el paseo, muy bien integrado y que ha revalorizado ese arenal cuyo nombre oficial es Ribeira. Cierto: la barandilla de los primeros metros desanima un poco, pero la ilusión renace cuando esa pasarela deja las aguas a babor y estribor hasta llegar a un parque biosaludable. Ahí un panel informa sobre el mundo submarino de la ría, excelente idea. Un punto negro: la fuente no funciona.

Y cuando avanzas por un túnel de árboles y con bancos para descansar, se alcanza casi el final, con dos puertas pintadas de colores alegres, toca ascender unos metros para girar a la derecha por la senda, que en realidad comienza en ese punto y está bien señalizada. Estupendos paneles explicativos y varios miradores que permiten gozar de la vista del golfo Ártabro, con Sada y Gandarío al fondo. Solo puede ponerse más que como objeción como advertencia de que, a pesar de que abundan los tramos en los que la vegetación o algún tipo de defensa marcan el límite, no parecen escasos los metros en los que el acantilado está cerca. Desde luego no se marcha en absoluto pegado a él, no existe riesgo de caída para un adulto si no deja la senda, pero sí procede tener mucho cuidado si se circula con menores.

Y el recorrido idílico finaliza en el asfalto, justo en el Camino Inglés a Santiago. Así que, o se da vuelta, o se sigue el paso de los peregrinos, porque un poco más adelante nace a la derecha una larga pasarela que evita pisar arena y dunas de la playa de Ponte do Porco.

Y si la marea está muy baja, a la diestra, muy cerca de donde se encuentra el excursionista, emergerá unos centímetros la armazón de un barco del que cada año queda menos. Es el Juan de la Mata, pura historia del Mugardos no tan lejano en la ría de Ferrol.

INICIO

43º21'05”N 8º12'51”W.

LA FOTO MÁS PERSONAL

En cualquiera de los miradores.

CON CARRITO DE BEBÉ

Posible, pero hay una parte realmente incómoda.

CON NIÑOS

Mucha precaución en la senda en sí.


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