Ecocabañas sostenibles y modulares en Veigue como nuevo recurso turístico en el marco del programa Empreamar
Sada
Sada respalda 12 proyectos emprendedores con su programa Empreamar
12 Mar 2021. Actualizado a las 09:45 h.
«O que hai que facer para non ir ao mar» se ha convertido en una frase hecha para quien busca salidas laborales escapando del duro trabajo de ir a faenar, aunque en Fariña la hayan usado con fines menos nobles. Buscando iniciativas alternativas a esa situación, Sada ha impulsado el programa Empreamar (Programa de Emprendemento Mariño en Sada) y ha seleccionado 12 ideas que prometen generar negocios sostenibles y rentables relacionados con el medio marino y marítimo.
Si el año pasado este programa formó a 24 participantes sobre sus negocios y les programó visitas a distintas empresas para ver otras iniciativas, en esta edición se inscribieron 16 proyectos para optar a una fase de preincubación, de los que han sido seleccionados una docena, cuyos promotores comienzan el próximo jueves a encarar su plan de negocio. «Son cinco jornadas de formación, que se combinan con asesoramiento individualizado», explica Pablo López Pérez, de Implicatium, la consultoría que los asesora. Este programa no contempla ayudas directas para la puesta en marcha de los negocios, pero López indica que les informarán sobre aquellas a las que pueden acceder.
Desde recursos turísticos a proyectos productivos de aprovechamiento de residuos o ayudas para que no haya abandonos entre quienes optan por la agricultura son algunos de los proyectos que han pasado el primer corte. Entre ellos están las ecocabañas que Carlos Suárez Becerra, junto a sus socios de la Fábrica de la Imagen, proyectan en 3.200 metros cuadrados de unos terrenos urbanos en Veigue (Sada), donde se sitúan dos de las playas más concurridas del municipio, como son las de San Pedro y Cirro. «Proxectamos facer dez, cun sistema construtivo modular e con materiais reciclados. Xa fomos a falar cos que teñen as bateas en Lorbé e con redeiras para facer mobiliario», explica Suárez Becerra, que indica que lo que promueven es un proyecto turístico sostenible que pretenden que funcione el verano del 2022. Con otros negocios puestos en marcha en el municipio, remarca que «sempre estamos vinculados co desenvolvemento do pobo». Cree que su propuesta, con un formato modular de pocos metros cuadrados, barajan unos 38, está al alza y ofrece múltiples posibilidades. Por el momento, y tras visitar propuestas similares en otros lugares, trabajan ya con diseños en 3D de lo que serán sus cabañas. Estiman que su proyecto rondará los 200.000 euros y destacan del programa que «te acompañan ata o final». Además, consideran que de este tipo de propuestas pueden surgir sinergias con otros participantes.
Desde Sada también parte el proyecto de Antonio Carlos Carballo, que plantea un aprovechamiento de las algas, que ahora son consideradas como residuos. Busca en Empreamar el «asesoramiento técnico que me hace falta para esta idea», de la que solo avanza que podría tener varios usos. Indica que en estos momentos la acumulación en los arenales supone un «problema ambiental» y un coste para los concellos para asumir su retirada. Su propuesta es llevar acabo un aprovechamiento orgánico, llevando a cabo el ciclo completo y con visión provincial. Estima que poner en marcha su idea requeriría de una inversión que rondase los 30.000 euros.
El coruñés Carlos Otero Esmorís tramita ya la patente del cartón-terra, un material que funciona como una plantilla de plantación, compuesto por papel y ocho elementos que se utilizan en la agricultura orgánica y que se degrada para acabar convertido en tierra. Otero explica que este producto tiene como público objetivo a personas que se interesan por los huertos y que abandonan, personas mayores que no pueden cargar con grandes sacos de los productos para abonar la tierra o para personas con algún tipo de discapacidad que con este sistema les resulta más fácil afrontar una plantación con éxito. Su producto, remarca, es manejable, natural, ligero y económico. «Es más barato que ir a comprar todos los productos por separado», indica.
El cartón-terra lleva impreso lo que se conoce como marco de plantación para que el que lo utilice sepa dónde es más recomendable colocar la planta y al funcionar como una plancha, retiene la humedad e impide el paso del sol en donde se coloca evitando que crezcan las malas hierbas. Este emprendedor estima que la puesta en marcha de los dos primeros años de actividad rondará los 100.000 euros de inversión.
Otra de las ideas seleccionada es la de Antonio Manuel Alonso, un vecino de Narón actualmente en paro pero con experiencia marisquera, que pretende impulsar desde Ferrol Ouro do Ártabro, conservas gourmet con las que busca la implicación del sector para dar salida a recursos poco explotados y aumentar la producción en una zona que necesita que se revitalice. «La idea es aprovechar productos que aquí no se están explotando como las algas o los erizo, pero que tienen salida en el mercado», apunta. Estima que su proyecto daría una salida más a los mariscadores.
Este proyecto de conservas fue el que quedó en primer lugar de la selección en donde se puntuaba el grado de adecuación del proyecto con el tema marítimo, de innovación, de sostenibilidad, aprovechamiento de recursos, impacto de la idea en el entorno y viabilidad, además de la valoración del conocimiento del entorno por parte de los promotores.
Empreamar es un programa financiado por el GALP Golfo Ártabro Sur, el Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca, y la Consellería do Mar.