La Voz de Galicia

LaChula: el tardeo de A Coruña busca su sitio en Emilia Pardo Bazán

Vivir A Coruña

Laura G. del Valle a coruña
Jorge Otero estará al frente de LaChula

El local de Sabores deja paso a una tasca con vinos y cervezas de alta gama donde se podrá disfrutar también de una tapa de ostras o camarones. La apertura está prevista para finales de mayo

20 Apr 2023. Actualizado a las 15:30 h.

«Parece que ya no te puedes tomar un vino sin tener que comer a mesa puesta; por eso quise volver a los orígenes con este local». Jorge Otero se quedó, como él mismo dijo en una entrevista en La Voz, con un trocito de la historia de A Coruña al comenzar a regentar Casa Ponte, la mítica taberna situada al final de Juan Flórez que forma parte del núcleo duro del ocio de esta zona de la ciudad. El caso es que este local se ha ido reinventando hasta convertirse en un lugar de culto para los que quieren asegurarse una buena carta, sin pretensiones ni grandes alardes. Solo producto, conocimiento y dedicación. Así las cosas, es difícil entrar en Casa Ponte —o buscar mesa en la terraza— y salir airoso si uno solo quiere darle al vermú o a la caña. A partir de mayo la solución lleva el nombre de LaChula.

Situado en el local que antes ocupaba Sabores, al lado de Casa Ponte y justo en la esquina con Emilia Pardo Bazán, a finales del próximo mes los amantes del tardeo deben tener en cuenta este nuevo local. Como explica el propio Otero, la idea es ofrecer, sobre todo, «vinos de alta gama, que se puedan disfrutar por copa, y un surtido amplio de cervezas que se acompañen de una variedad de tapas selectas como pueden ser unas ostras, unos quesos ricos o unos camarones». Según este hostelero, LaChula responde a una necesidad que empieza a ver entre clientes que rondan los cuarenta. 

«Cada vez más gente baja el fin de semana a tomarse algo y prefiere estar de día tomando unos vinos y unas tapas y liarse; más que salir por la noche. Por eso LaChula no va a cerrar por la tarde, que es algo que ocurre en el resto de locales de la zona». De este modo, el nuevo negocio romperá la tónica de un barrio que vive del aperitivo y las cenas, pero al que no había llegado el tardeo —como ocurre ya en zonas como La Marina o la Ciudad Vieja—. 

Con una mezcla de tradición y modernidad, y la familiaridad que tanto valoran los clientes de Casa Ponte, Otero deja claro, aún así, que ambos locales están claramente diferenciados y que lo que se puede encontrar en uno no se verá en otro, y viceversa. La curiosidad y la incertidumbre están sobre el mantel y solo quedan unas semanas para descubrir que depara el que promete ser uno de los locales de moda de la ciudad.


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