La Voz de Galicia

David Cronenberg levanta el telón en San Sebastián con una historia sobre mafias rusas en Londres

Cultura

Colpisa

La película, titulada Promesas del este y protagonizada por Viggo Mortensen, es también la primera en competición.

20 Sep 2007. Actualizado a las 21:54 h.

Brillante apertura de la 55 edición del Festival de San Sebastián. Promesas del este, dirigida por el canadiense David Cronenberg y ambientada en un Londres frío, oscuro y desapacible, no es sólo una rutilante subida del telón, sino también una muy digna película a competición. A diferencia de lo que suele ser habitual en otros festivales, la organización del certamen ha decidido incluir en la competición la película de apertura, lo que supone darle de salida una prima especial sobre las quince restantes.

Promesas del este es un thriller oscuro y violento, con Viggo Mortensen, Naomi Watts, Vincent Cassel, Armin Mueller-Stahl y Sinéad Cusack. En síntesis, es la historia de una joven comadrona de un hospital de Londres que busca a la familia de un bebé recién nacido cuya madre ha muerto en el parto. Utiliza para ello el diario de la fallecida, escrito en ruso, por lo que entra en contacto con el dueño de un restaurante que es tapadera de las violentas y sangrientas actividades de la mafia rusa en la capital británica. El diario desvela prueban que incriminan a la familia del chef. Ahí aparece un parco Mortensen que realiza un estupendo trabajo de interpretación: no se puede decir más con menos palabras y concisos pero escasos gestos. Su papel, el del chofer del grupo, aunque en realidad es el 'enterrador' al servicio de la familia.

El filme cuenta con un sorprendente giro argumental en la segunda mitad y guarda bastantes puntos en común con la anterior película de Cronenberg, Una historia de violencia. En ambas cintas pululan personajes que ocultan parte de lo que son, y en ambas, además de la violencia física que en «Promesas del este» está especialmente presente, hay una violencia psicológica mucho más interesante.

Aunque thriller, la película ofrece una estupenda banda sonora de Howard Shore que la aleja del género y la aproxima a una concepción más romántica de la historia, lo que potencia un interesante contraste.

Junto a la interpretación de Mortensen, que tuvo que aprender ruso, el resto del reparto está también a gran altura. Naomi Watts, la chica que enamorada a King Kong en la versión de Peter Jackson, es aquí la joven preocupada por encontrar a la familia del bebé.

Borda el papel. Es mérito de Cronenberg haber escogido a actores de muy diferentes procedencias y hacerlos pasar por rusos o por personas con antecedentes rusos, sin que el conjunto chirríe lo más mínimo.

Aborto clandestino

También se presentó hoy 4 meses, 3 semanas y 2 días, película que ganó la Palma de Oro del último Festival de Cannes y que llega a San Sebastián porque es la mejor película del año en opinión de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI), galardón que se entrega en la gala de apertura del festival donostiarra.

Es una película rumana, ambientada en los últimos meses del régimen comunista de Ceaucescu, cuya acción transcurre en 24 horas.

Segundo largometraje de Cristian Mungiu, es una sórdida historia de vida y muerte en torno a dos amigas que comparten habitación en una residencia universitaria. Una de ellas se queda embarazada y quiere abortar, algo prohibido por entonces en Rumania, por lo que su amiga la ayuda en el intento.

De los dos personajes, Mungiu elige el de la amiga para, al mostrar todo lo que hace por la embarazada, dibujar un retrato de la triste y corrupta sociedad rumana de los últimos coletazos del comunismo. La joven buscará un hotel, alquilará una habitación en la que su amiga pueda abortar, contactará con el supuesto médico que ha de practicar la operación e incluso se prostituirá cuando éste le pide más dinero del acordado.

4 meses, 3 semanas y 2 días, título que hace referencia al tiempo de embarazo de la chica que quiere abortar, es una gran película que cuenta una terrible historia. Mungiu ha puesto el acento en los aspectos sociales de la historia, en esa sociedad gris y temerosa, corrompida de arriba a abajo, que propició que el régimen de Ceaucescu se cayese por si mismo. No habla de política, pero el trasfondo que subyace al drama es político. Una gran película destinada a levantar polémica cuando llegue a nuestras pantallas.


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