«El periodismo me descubrió la humanidad en el hombre»
Cultura
Un congreso internacional analiza en Valladolid la obra del escritor Miguel Delibes
13 Oct 2007. Actualizado a las 02:02 h.
Escritores, hispanistas, traductores, académicos latinoamericanos, profesores de literatura y críticos nacionales y extranjeros se reunirán en Valladolid desde el próximo martes hasta el jueves para reflexionar sobre la obra de Miguel Delibes. El congreso internacional, que lleva por título Cruzando fronteras: Miguel Delibes, entre lo local y lo universal , coincide con los 60 años de la concesión del Premio Nadal al escritor vallisoletano por la novela La sombra del ciprés es alargada . Tenía entonces 27 años y era la primera historia que escribía. El autor de Cinco horas con Mario , que el próximo miércoles cumple 87 años, ha publicado desde 1947 más de cincuenta libros, entre novelas, libros cinegéticos y de viajes, cuentos, ensayos ecológicos y recopilaciones de artículos.
El escritor Miguel Delibes desentrañó ayer la influencia que en su obra literaria ejerció su faceta periodística, básicamente desempeñada en el diario El Norte de Castilla entre 1941 y 1963, hasta el punto de ayudarle «a descubrir la humanidad en el hombre y a decir muchas cosas en pocas palabras».
Una docena de libros, algunos tan significativos como La sombra del ciprés es alargada (1948) o El camino (1950) y Las ratas (1962), dio a la imprenta el novelista vallisoletano mientras conjugó la literatura y la información hasta que en 1963 decidió retirarse de la dirección de El Norte de Castilla .
La censura
La censura sobre la actividad periodística, que a su modo de ver «sigue existiendo», fue una de las causas de esa deserción que decenios después recuerda como algo pernicioso: «las censuras caprichosas de un hombre sobre otro hombre por conveniencia política son repugnantes», afirmó en una entrevista concedida a Efe al evocar el férreo control informativo del régimen franquista.
De entre toda su obra, Miguel Delibes escogió como libro predilecto Viejas historias de Castilla la Vieja (1964), el más pequeño de todos, de apenas medio centenar de páginas, ya que «por su prosa, su paisaje, sus personajes, su movimiento y su sentido del humor» lo considera «el más representativo» de cuanto ha escrito. Novelas, relatos breves, ensayos, artículos periodísticos y crónicas viajeras, entre otros géneros literarios, ha visitado el académico a través de sus libros, prácticamente de todo menos la poesía, que no ha tratado por no haberse considerado capacitado para ello. «Nunca me atreví: veía a la poesía como un género superior, fuera de mi alcance», explicó.