Carlos Fuentes retrata la corrupción y el crimen del México actual en «La voluntad y la fortuna»
Cultura
16 Oct 2008. Actualizado a las 02:33 h.
«¿Por qué si hay cinco tigres en una jaula cuatro se alían para matar a uno?». Carlos Fuentes trata de dar respuesta a esta y otras preguntas en su nueva novela, La voluntad y la fortuna, una obra reflexiva y crítica sobre el mundo que rodea al «narcoterror del crimen en México», explica.
En una original propuesta narrativa, el autor otorga todo el protagonismo a una cabeza cortada, la de Josué, y a la relación que mantiene con Jericó, su mejor amigo de la infancia, con el que se hace la promesa de no pertenecer a la masa ni hacer «borreguismo». Con el tiempo sus caminos se separan y su relación se debilita. Josué se adentra en el mundo empresarial, mientras que su amigo se entrega a la política de un país gobernado por un presidente cuya filosofía consiste en ofrecer al pueblo fiestas y perdición. Para relatar este «complicado nudo de amistad», el escritor se hace eco del mito bíblico de Caín y Abel, con el que retrata la cara más violenta del México actual.
Estos dos pilares principales de la historia comparten idas y venidas con Filópater, un cura rebelde contrario a todo convencionalismo; el magnate Max Monroy; el abogado intermediario Antonio Sanginés; Miguel Aparecido, encarcelado por propia voluntad, y la controladora matriarca de una importante familia, la Antigua Concepción.
A lo largo de las 560 páginas de la novela, el hilo argumental recrea la pugna por el poder en el México actual a través de las vivencias de estos personajes «que guardan demasiados secretos oscuros», revela el escritor. «Quise hacer una mezcla de engaño, maldad, muerte, venganza, crímenes y fronteras», asegura Fuentes.
El escritor, considerado como uno de los principales exponentes de la narrativa mexicana, se ha convertido en una de las voces más representativas de la conciencia nacional de su país.