Fallece a los 88 años el artista catalán Antoni Tàpies

El arte abstracto y los movimientos de vanguardia han perdido a una de sus figuras más destacadas con la muerte en Barcelona de Antoni Tàpies, creador de una obra crucial en la segunda mitad del siglo XX, por profundidad y capacidad de influencia. Tàpies, cuya salud se encontraba en un delicado estado desde hacía tiempo, falleció ayer por la tarde. Su familia comunicó el óbito al Ayuntamiento de Barcelona, ciudad en la que nació hace 88 años, el 13 de diciembre de 1923.

La enfermedad lo acompañaba desde hacía años. En el 2005 no pudo asistir a la inauguración de su muestra Tierras en Ferrol y su cuerpo transmitía la sensación de no ser capaz de seguir la febril actividad del cerebro, que continuaba con otra marcha. Pero la enfermedad también se situó en la misma raíz de su vocación. Hijo de un abogado barcelonés, Tàpies se crio en un ambiente liberal y su padre deseaba que siguiese sus pasos y se integrase en el bufete. No obstante, la misma tuberculosis pulmonar que le robó tres años de juventud lo situó en el camino del arte. «En el sanatorio leía, escuchaba música y dibujaba a mis compañeros de enfermedad», declaró en el 2005 a La Voz. Lecturas de Nietzsche y Van Gogh, la música de Wagner y la pintura de Picasso lo orientaron. A pesar de que llegó a cursar cuatro años de Derecho, su decisión estaba tomada.

Con Dau al Set

En 1948 participó en la fundación del grupo Dau al Set, vinculado a la revista del mismo nombre y en el que destacaba la figura de Joan Brossa. De formación autodidacta, comenzó a practicar un informalismo que pronto derivó en un personal estilo que lo convirtió en uno de los creadores abstractos más importantes de Europa. América también conoció su arte a partir de 1960, cuando el MoMA organizó una muestra colectiva de creadores españoles.

Desde entonces sus cuadros se han colgado en museos y galerías de todo el mundo y Tàpies recibió reconocimientos y premios como el Príncipe de Asturias (1990) o el Velázquez de Artes Plásticas.

Su pintura y escultura -también practicó la cerámica- se caracterizaron por el uso de materiales en un contexto de reciclaje, la fascinación por los símbolos y las técnicas del colaje y el ensamblaje. Detrás latía un aliento democrático y catalanista que inspiró numerosas obras a partir de la década de los setenta. Mantuvo una gran amistad y afinidades estéticas con el poeta ourensano José Ángel Valente. Expuso sus últimos cuadros hace dos años, 17 obras de gran formato.

Tàpies estaba casado con Teresa Barba Fábregas, con quien tenía tres hijos.