La Voz de Galicia

Marte, planeta maldito para Hollywood

Cultura

La película de Disney «John Carter» es el último fracaso con el planeta rojo como escenario. Sus responsables confiaban en que se convirtiera en una de las películas del año pero ahora ya calculan pérdidas de unos 150 millones de euros

22 Mar 2012. Actualizado a las 16:13 h.

A pesar de su heroísmo y sus efectos especiales, la película John Carter se convirtió este mes en un desastre mayúsculo en taquilla y pasó a engrosar la lista negra de sonados fracasos de Hollywood en sus historias sobre Marte.

El estudio Disney reconoció esta semana que John Carter se apuntará unos 152 millones de euros en pérdidas operativas en sus cuentas de resultados trimestrales debido a que su elevado coste -se estima que solo en su producción se invirtieron 190 millones de euros- no despertó un interés equivalente en la audiencia.

La película apenas ha recaudado hasta la fecha 41 millones de euros en EE.UU, el principal mercado mundial del cine, y los 95,7 millones logrados en el resto del mundo apenas son un consuelo para Disney, que en el 2011 sufrió otro varapalo taquillero con la también alienígena Marte Necesita Madres.

Esa cinta de animación realizada con actores reales y sensores de captura de movimiento bajo la dirección de Robert Zemeckis se rodó con un presupuesto de 150 millones de dólares (114 millones de euros) pero solo recaudó 39 millones (29,6 millones de euros).

La temática marciana había sido una decepción para Disney anteriormente con títulos como Misión a Marte (2000) o Mi marciano favorito (1999), que rindieron por debajo de las expectativas.

Marte le jugó también una mala pasada a Warner en el 2000 con Planeta Rojo, un thriller de astronautas protagonizado por Val Kilmer que recuperó en taquilla solo 33 de los 80 millones de su presupuesto (25 de los 60,8 millones de euros).

También de Warner fue Mars Attacks! (1996), una comedia de ciencia ficción de Tim Burton con un reparto plagado de estrellas, como Jack Nicholson, Glenn Close o Pierce Brosnan, que costó 70 millones de dólares (53,2 millones de euros), sin incluir gastos promocionales, y fracasó en EE.UU. donde únicamente ingresó 37 millones de dólares (28 millones de euros).

Mars Attacks! logró en última instancia esquivar la ruina gracias a sus proyecciones internacionales, que elevaron su recaudación final a 101 millones de dólares (76,7 millones de euros).

El terror de John Carpenter en Fantasmas de Marte (2001) asustó a los espectadores hasta el punto de que pocos acudieron a ver la película que obtuvo 14 millones de dólares (10,6 millones de euros) en taquilla, la mitad de su coste de producción.

Otro fracaso marciano fue Doom, la adaptación de un videojuego del mismo nombre sobre unos marines enviados al planeta rojo a investigar unos extraños eventos y que contaba con Karl Urban y Dwayne Johnson en el reparto.

Más allá de Marte, el espacio exterior dejó estrepitosos fracasos como Final Fantasy: La fuerza interior (2001), un filme animado para el que prestaron sus voces Alec Baldwin, Steve Buscemi y Donald Sutherland que tomó la historia de la popular saga de videojuegos Final Fantasy.

La película distribuida por Sony/Columbia se tasó en 137 millones de dólares (104 millones de euros) y recuperó solo 85 (64,5 millones de euros), lo que generó un déficit que obligó a cerrar a su productora, Square Pictures.

La isla de lss cabezas cortadas entró en el Libro Guinness de los Récords como el mayor desastre taquillero de todos los tiempos

De Disney fue El Planeta del Tesoro (2002), una versión galáctica y de dibujos de la novela La isla del tesoro que dejó tras de sí un saldo de números rojos con un coste de 140 millones de dólares (106,3 millones de euros) y unos ingresos de menos de 110 millones (83,5 millones de euros).

Quien también intentó sacar partido a las tramas espaciales fue Eddie Murphy, el actor detrás del proyecto Pluto Nash (2002) en el que se gastaron 100 millones de dólares (76,9 millones de euros) para recaudar tan solo 7 (5,3) en taquilla.

Murphy encabezó varios fiascos recientes como Atrapado en un pirado (2008) e Imagine That (2009).

En cualquiera lista negra de batacazos de Hollywood no puede faltar la aventura de piratas La isla de las cabezas cortadas (1995), que llegó a figurar en el Libro Guinness de los Récords como el mayor desastre taquillero de todos los tiempos. La cinta costó 98 millones de dólares (74,4 millones de euros), recaudó 10 (7,6), y llevó a la bancarrota a su productora Carolco Pictures.

Anteriormente defraudaron Ishtar (1987) de Warren Beatty y Dustin Hoffman; Inchon (1981) con Laurence Olivier o el clásico Cleopatra, una obra faraónica ganadora de cuatro premios Óscar que en 1963 costó 44 millones de dólares (33,4 millones de euros) y en su año de estreno logró ingresar en EE.UU. 26 millones (19,7 millones de euros).


Comentar