La Voz de Galicia

«Cuando empieza la violencia, ya no se puede ser inocente»

Cultura

ENRIQUE CLEMENTE ENRIQUE CLEMENTE MADRID / LA VOZ Escritor y periodista

El autor gallego publica «A vitoria do perdedor», que sitúa en 1950

11 Mar 2013. Actualizado a las 07:01 h.

Escritor y periodista de larga trayectoria, Carlos G. Reigosa (A Pastoriza, 1948) es autor de novelas como Intramundi, Pepa A Loba, A vida do outro, y libros de investigación y ensayo periodístico, entre ellos O regreso dos maquis o A agonía do león. Ahora publica A vitoria do perdedor (Xerais), una novela protagonizada por Arcadio Macías, un anarquista que en 1950 decide llevar a cabo una implacable venganza en una aldea gallega. Reigosa presenta hoy su obra en Santiago.

-¿Cuál es el origen de esta novela?

-Es una novela que se me ocurrió hace más de 20 años. Siempre pensé que tenía que transcurrir en la Edad Media, luego creí que la etapa ideal era el siglo XIX y un día estaba viendo la televisión y me di cuenta de que todo lo que quería contar estaba en los años 50. Abandonados los siglos XII y XIX, pensé en aquellos hombres que habían estado en las guerrillas y, descartada la etapa que va del 36 al 48, que ya he contado en otros libros, la situé en 1949 y 1950.

-¿Qué quería contar?

-Lo que quería contar era que en un espacio geográfico habitado, en el que durante mucho tiempo no ha cambiado nada, de repente pasa alguien que nadie sabe quién es y aquello cambia. Arcadio Macías llega a una aldea gallega, donde lo esconden, y descubre que el alcalde mató y otros también mataron, y todo ha permanecido en silencio. Está preparando su salida a Francia, pero todavía tiene sus armas y le surge un problema de conciencia. Decide quedarse y elige la venganza. Lo que he querido tratar es cómo la violencia destruye la ideas políticas. La novela es una reflexión sobre la violencia y el motor que la vuelve imparable, la venganza. El protagonista es un anarquista que aún tiene ideales, pero ya están demasiado manchados de sangre. Ha matado a mucha gente y sabe que ha matado a inocentes. Cuando empieza la violencia se pueden obtener victorias pero ya no se puede ser inocente. Y él sabe que no lo es. Toda lucha armada acaba desembocando en una cadena sangrienta de venganzas con ningún o muy poco sentido político.

-¿La lucha armada no estaba justificada contra el franquismo?

-Es verdad que desde 1942 a 1948 la lucha armada tiene sentido, porque la II Guerra Mundial podía revertir el resultado de la Guerra Civil. Lo que parecía normal en el 43 y el 44 es que si caían Hitler y Mussolini caería Franco. Pero vista en perspectiva histórica, aquella lucha fue un error, porque acabó con muchos muertos más y una represión salvaje. Aunque cuando se organizó en 1942 la guerrilla tenía una enorme lógica política para establecer un puente con el exterior y dar la idea de que en España la guerra no había acabado, pero no fue así.

-¿Se ha basado en personajes y hechos reales?

-Este modelo de novela no es la que yo practico habitualmente de ficción total, sino que es lo que yo llamo una novela histórica, en la que los personajes son de ficción pero retratan con rigor una etapa histórica. En la novela se va rememorando todo lo que ocurrió desde 1936 a 1950, y, de algún modo, el lector sabe toda su historia. Es raro que haya algún personaje que no tenga un referente real detrás.

-Sitúa la novela en una comarca gallega sin identificar, pero acaba en Santiago.

-He buscado un espacio de ficción, con nombres y lugares de ficción, pero es curioso que llegó un momento en el que tuve la necesidad de poner un referente real, que es Santiago de Compostela, donde termina la novela. Tenía que ser así porque me permitía poner al protagonista frente a sus propias contradicciones totales, desde los tiempos en que decía que aquello de la iglesia que más ilumina es la que arde a ponerse ante a la catedral. La propia contradicción frente a su destino, porque en ese pueblo en el que se esconde tiene una relación amorosa y tiene que elegir entre darle continuidad, que significa salir rápido de España y luego reclamarla, o vengarse primero.

-¿Por qué elige vengarse y no escapar?

-Él viene de una dinámica de violencia que se alimenta de la venganza. La venganza es una consecuencia natural que él nunca racionaliza. Estuvo en Cataluña, Madrid, en la división de Líster, en la Resistencia francesa, volvió a Galicia. Es una víctima de su circunstancia histórica. En el año 50 siente horror por todo lo que ha hecho, pero ya es un hombre preso absolutamente de la violencia. Toda esa violencia lo ha cambiado, matar no es un problema para él. Ese es el núcleo. El error es siempre la primera vez que se mata, el resto es una venganza y esa dinámica empieza el primer día.

-¿A qué responde el título de la novela?

-Perdedor de una guerra y de una posguerra que, sin embargo, no admite la derrota. Podría haberse ido y salvar la vida. Pero irse es la derrota, la retirada. Por lo tanto, su victoria es que no se va, no se ha rendido, no se ha retirado. No concibe marcharse y empezar una nueva vida con una mujer, eso para un guerrero como es él es una derrota.

«El error es siempre la primera vez que se mata, el resto es una venganza»

«Los personajes son de ficción, pero retratan con rigor una etapa histórica»


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