La segunda juventud de Blur
Cultura
El Optimus Primavera Sound de Oporto se rinde ante la nostalgia
02 Jun 2013. Actualizado a las 07:00 h.
Los fans ya no calzan Adidas Gazelle, no visten aquellos vaqueros acampanados y, a duras penas, logran defender el flequillo. Pero están ahí, festejando que un día fueron jóvenes. Con New Balance, pitillos y bastante menos pelo se sintieron por una noche como en los noventa. Entonces su mundo cumplía veintitantos años, no existía miedo al futuro y Blur sonaban de fondo. Ahora un pie pisa los cuarenta, el presente es una cuerda floja y, al parecer, Two Door Cinema Club son el grupo británico del momento. Sí, esta vez sí: cualquier tiempo pasado fue mejor. Miles de gargantas gritando al unísono «Parklife!» parecían confirmarlo.
Corren tiempos de nostalgia. El público la demanda. El Optimus Primavera Sound de Oporto se rinde ante ella. Y Blur acudieron el viernes a la llamada para que así ocurra. Su concierto lo eclipsó todo en la segunda jornada. Respondió a las expectativas regresivas. ¡Shhhh!, ni hablar de decadencia. Al contrario de aquella desastrosa visita al FIB de 1999, esta vez lo bordaron. Sonaron potentes, derrocharon energía y contagiaron vitalidad. Todo, con el hándicap de lidiar con un repertorio y una imagen tan ligada a lo juvenil como la suya. Sin problemas. La inicial Girls & Boys puso al grupo y al público a disfrutar. Lifting colectivo, hedonismo pop, vibraciones maravillosas. Ya no hubo vuelta atrás.
Un repertorio inmarchitable
Damon Albarn brincó como en los noventa y resultó igual de payaso que entonces. Jugó con el público, lo guio y lo manejó a su antojo. Tras él, la banda ampliada con cuatro coristas y una sección de viento, repasó con solidez un repertorio inmarchitable. Desde los botes con la primeriza There?s No Other Way al pogo desmadrado del Song nº2 final, lo que se vivió en el Parque da Cidade resultó algo así como la gloriosa celebración de un pasado ideal, como quien escribe una vez (y van...) el epílogo de esa idealizada juventud en la que todo era posible.
Todas, o casi todas, acudieron a la cita. Auténticos clics en el corazón. La perezosa melodía Bettlebum ladeando cabezas; el estribillo de Tender, con el público de multitudinario coro góspel; la zozobra psicodélica de This is a Low, creando un telón de ensoñación; Country House, servida como un delicioso caramelo pop. Así hasta el infinito. Al final, tras arriesgar gafas y tobillos con Song nº2 el veredicto resultó unánime: Blur se salieron. Tan grandes como en los noventa. O incluso mejores.
Antes de ellos, cabe destacar una nueva exhibición de Swans, confirmando que son uno de los mejores directos del rock actual. Con Michael Gira poseído, trenzaron su música catártica, terrorífica y demoledora.
Optimus Primavera Sound. Parque da Cidade, Oporto, viernes 31 de mayo.