La cara más escandalosa de los inocentes dibujos animados

Revisando la selección realizada por el cineasta Ignacio Benedeti para la proyección de Animación Prohibida: Los 13 censurados uno pierde la confianza hasta en Walt Disney. De la mayor fábrica de sueños infantiles -y de otros grandes estudios como MGM, Paramount, Warner, Fox, Universal y Columbia- salieron entre los años 20 y 40 algunas piezas que harían ruborizar al mismísimo Tinto Brass. Desgraciadamente, estas pequeñas muestras de incorrección política y salidas de tono en general han permanecido inéditas, recortadas o al alcance de unos pocos privilegiados durante décadas. Mañana podrán verse en el CGAI con la introducción y los comentarios del propio Benedeti.

«Desde un punto de vista artístico son obras sobresalientes», insiste el cineasta sobre estos trece cortos escogidos tras visionar unos 300 positivos cinematográficos. Allí están Eveready Harton, la primera película de animación calificada X por su carga de sexo explícito que fue filmada en 1929 con el único fin de exhibirse en una fiesta privada en honor de Winsor McCay, el padre de Little Nemo; o la producción de Disney King Neptune, retirada en los años 30 por sus sirenitas en toples y, hoy en día, por el trato discriminatorio que sufre uno de los marineros por ser homosexual.

Otros puntos cadentes son los de las bromas y estereotipos racistas, aceptados en ciertas épocas, o el escarnio al que se sometió desde las productoras americanas al ahora amigo pueblo alemán y al japonés durante la II Guerra Mundial.