El Museo da Minería de Fontao no ha abierto desde que se inauguró en el 2012
Cultura
La obra, con inversión europea, culminó la recuperación del poblado minero
28 May 2014. Actualizado a las 07:00 h.
En Fontao hasta el 2000 había un pueblo fantasma, el poblado construido por la empresa minera para los trabajadores con todo tipo de dotación de inmuebles de uso social, escuelas, cine, iglesia... La Xunta adquirió entonces por 940.000 euros los terrenos y las construcciones. En el 2005 el propio Fraga inauguró las 79 viviendas que colonizaron el lugar con más de 200 personas. Los edificios de uso dotacional seguirían en estado de abandono hasta el 2008 en que la Xunta programó su rehabilitación en una fase del plan director integral para toda la zona minera. Restauración de edificios, urbanización y equipamiento supuso más de dos millones de euros, cuyo 80% cubrieron los fondos europeos Feder. Con esas obras nació la estructura del Museo da Minería, que es a su vez la base del parque temático planeado para una segunda fase con negociaciones con la empresa propietaria de las minas.
El valor patrimonial del poblado es elevado. La Fundación Docomomo, que inventaría, divulga y protege el patrimonio arquitectónico del movimiento moderno en la Península, lo destaca entre 30 contrucciones gallegas, así como a sus arquitectos Joaquín Basilio Bas y César Cort Gómez Tortosa. Y dentro del poblado, sobresale el diseño de la iglesia.
La iglesia se acondiciona como base del museo y se complementa con el local del cine, con uso principal como auditorio con 170 butacas, y las escuelas como salas y usos sociales, además del espacio exterior como museo al aire libre. Es el eslabón de arranque para el futuro gran parque temático con el patrimonio de las minas. Poco más de año y medio duró el empeño inicial y las sucesivas fechas de anuncio de próxima apertura. Fue el tiempo en que Diego Casal, ingeniero de minas y profundo conocedor del espacio y de las gentes, accede a la dirección de modo altruista y se vuelca en dotar de colecciones y material el museo, logra generar movimientos importantes de visitas y establece canales de apoyo institucional, de empresas y de particulares. Lo había presentado el alcalde, Jesús Otero, en enero del 2012 pero en septiembre del 2013 el ingeniero renunció al puesto considerando que no recibía «ni el más mínimo apoyo del Concello, cansado de remar contra corriente», había declarado.
Proyecto descabezado sin Casal
Sin Casal queda descabezado el proyecto, el Concello sin margen de maniobra, y disparadas las alertas de peligro por la exigencia de tener que abrir las instalaciones al haber usado dinero de la UE. Además, el museo no acaba de tramitar su reconocimiento como tal y sus fondos merman o están sin acabar de catalogar o ya no están -como es el caso de una colección de lámparas cedida a Casal por un particular asturiano y ya devuelta-. El ex director no garantizaba su seguridad y teme que «lo que queda, disperso, se expone a condiciones duras de humedad y dejadez municipal».
Queda en el museo la colección cedida por el Concello de Lalín del legado del geólogo Dirk Hilgen que incluye siete microscopios, cajas con tipologías de rocas, diarios, material de campo y hasta correspondencia con Vidal Romaní y Parga Pondal. También existe otra colección de 200 piezas de mina y de laboratorio cedidas por la Xunta.
Iba a abrir hace dos años y sigue cerrado aunque cuenta con ordenanza y tasa: cuando lo haga, la entrada costará 3 euros.
En este marco de museo fantasma, como en su día el poblado, el alcalde inició gira por media docena de despachos de Xunta y Diputación buscando apoyo para el arranque. Considera que es un patrimonio cedido al Concello pero de interés autonómico, y que por eso deben implicarse. La entrevista más importante, con el conselleiro de Industria, se pospuso para después de las elecciones: hablarán del apoyo al museo y seguramente también del futuro parque y de la protección del patrimonio minero.
Las urgencias mayores son lograr financiación para que alguien pueda hacer la catalogación y quien atienda el museo. La apertura no se ve a corto plazo. El regidor habla de autofinanciación municipal en dos años si en estos cuenta con apoyo institucional para activarlo y vuelve a achacar a la escasez de recursos la lentitud en el arranque de un museo llamado a ser corazón del gran parque temático de Fontao.