Oscars 2015: Iñárritu hizo suyo el escenario de los Oscars 2015
Cultura
La cita grande del cine estadounidense coronó a «Birdman» como la película más sobresaliente del pasado 2014. El mexicano que la capitanea tomó la palabra hasta en tres ocasiones para recibir y agradecer los premios a la mejor dirección, al mejor guión original y a la mejor película: «Gracias por hacer volar este proyecto»
24 Feb 2015. Actualizado a las 12:48 h.
Birdman voló. Era una de las dos grandes favoritas y, como sucede habitualmente en estos casos, la balanza prefirió inclinarse descaradamente hacia un extremo. La película del mexicano Alejandro González Iñárritu se alzó la madrugada de este lunes como la gran campeona de la 87 edición de los Oscars, acaparando cuatro galardones, dos de ellos, los más importantes: el de mejor director y el de mejor película. Consiguió también el de mejor guión y el de mejor fotografía. Su gran contricante, Boyhood, solo fue capaz de rascar una estatuilla, la de mejor intérprete de reparto, que llegó al teatro Dolby asignada a Patricia Arquette.
Precisamente la actriz, que le arrebató el Oscar a Meryl Streep -es ya el décimosexto premio que se le escurre entre los dedos-, fue una de las protagonistas de la noche. La culpa la tuvo un reivindicador discurso que Arquette entonó al subir al escenario a recoger a su mini hombre bañado en oro: «Es el momento de que tengamos igualdad salarial e igualdad en los derechos de la mujer en Estados Unidos». Sus palabras agitaron como un resorte a los asistentes a la ceremonia, que rompieron en aplausos e incluso víctores demostrando que los prejuicios de sexo y raza nada tienen que ver con el pelotón audiovisual, sino más bien con la jerarquía académica que este año decidió no postular al galardón a película alguna protagonizada por mujeres ni a director que no fuese hombre y blanco.
Haciendo referencia a esta sonada polémica arrancó la función Neil Patrick Harris, que saludó a los presentes y a los espectadores que asistían al espectáculo desde sus casas con una alusión a la diversidad racial. Sus chistes poco más dieron de sí y eso que el actor prometía. Prometía por su trayectoria, por sus papeles en ficciones tan aclamadas como Cómo conocí a vuestra madre y, sobre todo, porque él mismo se encargó de garantizar sorpresas previamente. La única y poco original treta a la que se aferró para conseguir tal estupefacción fue el recurrente numerito de quedarse en ropa interior. Dani Rovira ya lo había hecho antes en los Goya.
Poco se rieron los señores y las señoras convocados a lo largo de las interminables tres horas que, como cada año, se alargó la entrega de premios. Fue de nuevo una fiesta parsimoniosa y muy predecible: todas las quinielas hicieron pleno al quince. Los más rebeldes quisieron ver en el experimento de Linklater un revulsivo, pero a la victoria, finalmente, le crecieron las alas. La tercera vez que Iñárritu tomó impulso para escalar hasta el escenario, Sean Penn le recibía socarrón con la siguiente apreciación: «¿Quién le dió a este hijo de perra su tarjeta de residencia?». El director de Babel y 21 gramos es el segundo mexicano consecutivo que recibe el Oscar a mejor dirección después de que Cuarón fuese reconocido el pasado año por su labor en Gravity. En su momento de gloria, Iñárritu tomó la palabra para defender a sus compatriotas, expresar sus más profundos deseos de que consigan el gobierno que se merece y clamar por ser tratados como se merecen en una nación de inmigrantes como lo es Estados Unidos.
También con este alegato estalló el público en sus asientos, que casi una hora antes intentaba contener las lágrimas mientras John Legend y Common interpretaban Glory, el tema central de Selma, una película que recrea hechos históricos protagonizados por Martin Luther King. Justo a continuación, John Stephends y Lonnie Lynn recogían el Oscar a la mejor canción en uno de los picos más conmovedores de la gala. «Hay más hombres negros en correccionales hoy que en los años 50», condenaron.
Cerca de Boyhood se quedó El Gran Hotel Budapest, una película que se llenó los bolsillos con el mismo número de trofeos que Birdman. La diferencia es, sin embargo, significativa. La película de Wes Anderson se crobó las distinciones en categorías no menos relevantes, pero sí más técnicas. Así, puede presumir de haber logrado un Oscar por su espléndido diseño de producción, por su vestuario, por su maquillaje y peluquería, y por su banda sonora. Curiosamente, su responsable Alexandre Desplat, también estaba nominado en esta categoría con su trabajo para Descifrando Enigma, un largometraje que solo ha atrapado una estatuilla, la de mejor actor para Eddie Redmayne.
Oscars 2015: Los mejores momentos de la gala
Julianne Moore completó los galardones mayúsculos con el Oscar a mejor actriz por Still Alice, su primer hombrecillo dorado a pesar de haber estado nominada cuatro veces previamente. La intérprete, que se pone en la piel de una mujer con 50 años a la que le diagnostican alzheimer, se acordó de los afectados por esta complicada dolencia y, antes de empezar a quedarse sin aliento, quiso tener un bonito detalle con sus compañeras nominadas: «No existe mejor actriz», les dijo.
Por último, Whiplash adquirió un total de tres premios, el previsible de actor de reparto por el papel de Simmons, el de mejor montaje y el mejor mezcla sonora. El francotirador, de Clint Eastwood, tuvo que conformarse con una única condecoración, la de mejor montaje de sonido. Esta vez triunfó la otra cara de la otra cara. Un abrumador cine sobre cine.
Oscars 2015: La alfombra roja, en imágenes
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Mejor película: Birdman.
Mejor director: Alejandro González Iñárritu, por Birdman.
Mejor actor: Eddie Redmayne, por La teoría del todo.
Mejor actriz: Julianne Moore, por Siempre Alice.
Mejor actor secundario: J.K. Simmons, por Whiplash.
Mejor actriz secundaria: Patricia Arquette, por Boyhood.
Mejor guión original: Alejandro González Iñárritu, Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris, Jr. y Armando Bo, por Birdman.
Mejor guión adaptado: Graham Moore, por The Imitation Game.
Mejor fotografía: Emmanuel Lubezki, por Birdman.
Mejor montaje: Tom Cross, por Whiplash.
Mejor película de habla no inglesa: Ida, de Pawel Pawlikowski (Polonia).
Mejor película de animación: Big Hero 6, de Don Hall, Chris Williams y Roy Conli.
Mejor banda sonora: Alexandre Desplat, por El gran hotel Budapest.
Mejor canción: Glory, de Selma.
Mejor diseño de producción: Adam Stockhausen y Anna Pinnock, por El gran hotel Budapest.
Mejor documental: CitizenFour, de Laura Poitras, Mathilde Bonnefoy y Dirk Wilutzky.
Mejor mezcla de sonido: Craig Mann, Ben Wilkins y Thomas Curley, por Whiplash.
Mejor edición de sonido: Alan Robert Murray y Bub Asman, por El francotirador.
Mejores efectos visuales: Paul Franklin, Andrew Lockley, Ian Hunter y Scott Fisher, por Interstellar.
Mejor vestuario: Milena Canonero, por El gran hotel Budapest.
Mejor maquillaje y peluquería: Frances Hannon y Mark Coulier, por El gran hotel Budapest.
Mejor cortometraje de ficción: The Phone Call.
Mejor cortometraje documental: Crisis Hotline: Veterans Press 1, de Ellen Goosenberg Kent y Dana Perry.
Mejor cortometraje de animación: Feast.