Novela negra, novela social
Cultura
El exdiputado Chesús Yuste se vale de la intriga en «Asesinato en el Congreso» para armar un retrato colectivo de los efectos de la crisis económica, política y moral
07 Jun 2017. Actualizado a las 05:00 h.
Abundan los políticos que tras su paso por las instituciones o al cerrar un ciclo de su vida pública dejan constancia de sus impresiones en libros de crónica o memorias. Son menos, en cambio, los que optan por la novela para inspirarse en lo que han vivido. Y menos todavía, los que dominan la novela negra.
Este último es el caso de Chesús Yuste (Zaragoza, 1963), cofundador de Chunta Aragonesista y diputado entre el 2011 y el 2014. Asesinato en el Congreso (Xordica) nace de su experiencia durante la primera legislatura de Mariano Rajoy, y que aflora en las páginas de la novela negra, más que como un telón de fondo, como un personaje más: desahucios, recortes, corrupción, protestas... Yuste presenta su nuevo libro mañana en Santiago (Librería Cronopios, 19.30 horas) y el viernes en A Coruña (Berbiriana, 19.00 horas).
El autor ya había debutado con La mirada del bosque cuando llegó al Congreso y la consciencia de estar «viviendo un momento histórico» lo tentó a escribir acerca de ello. «Sucedieron acontecimientos tan inverosímiles, tan extraordinarios, que empecé a tomar notas en una libreta, pero como no soy [José Antonio] Labordeta, en lugar de las Memorias de un beduino preferí escribir una novela negra», recuerda.
Una realidad convulsa
Un género, el policial, que a ojos de Yuste es el idóneo parar contar una realidad convulsa. «Soy de los que cree que la novela negra es la novela social de nuestro tiempo, el género más adecuado para describir la cara más cruda de una sociedad, lo que nuestra sociedad esconde bajo la alfombra. La crisis económica ha dejado al descubierto el agotamiento del sistema político que se creó en la Transición. Un sistema que no sabe acortar la brecha que se ha abierto entre representantes y representados. Un sistema carcomido por corrompidos y corrompedores. Cuando las noticias del telediario parecen escritas por Dashiell Hammett o Andrea Camilleri, es que solo la novela negra nos va a permitir explicar qué está ocurriendo en nuestro país», expone.
Este cambio de ciclo es materia prima de primera para un escritor: «Este escenario, lleno de desesperación y de esperanza, es obviamente más útil para la literatura que un mundo aburrido donde nunca pasa nada. Como no podían devaluar el euro, devaluaron la vida de la gente y eso terminó de socavar el mapa político. Los efectos de la crisis son una fuente de inspiración inagotable».
En el caso de Asesinato en el Congreso, tres son los pilares sobre los que se desarrolla la narración: Nora Murúa, una joven diputada surgida del entorno del 15-M; Bruno Mairal, un veterano periodista; y el comisario Robles, envueltos en una historia que a raíz de la muerte violenta de un destacado miembro del partido en el Gobierno hilvana prácticamente todos los males que asolan la política y la sociedad española. El periodista y la diputada colaboran para averiguar, gracias al hallazgo fortuito de un pendrive con información encriptada, cuáles fueron las causas reales del asesinato, mientras que el policía debe investigar el caso, sometido a presiones políticas.
Este trío, en palabras del escritor, «representa el trabajo honesto, la dignidad y los valores frente a la ciénaga de la corrupción. Se esfuerzan porque sienten que trabajan para la gente. Es cierto que los dos primeros me permiten narrar cómo es la vida cotidiana en el Congreso, corriendo de aquí para allá de una acera a otra de la Carrera de San Jerónimo, y al mismo tiempo me ayudan a reflexionar sobre lo que supuso el 15M, como epicentro del cambio de ciclo, a través de un diálogo intergeneracional. Por otra parte, el comisario Robles estaba llamado a ser un secundario y, sin embargo, su papel creció de forma inesperada. Es bueno dejar espacio a la enorme fuerza creadora de la improvisación», describe su creador.
Tiempos de «thriller»
Pese a estos tres focos de acción, Yuste considera su novela coral, ya que la califica de «retrato social de este tiempo presente, lleno de gente que se manifestó contra los recortes, que intentó parar desahucios, que denunció la estafa de las preferentes... Personas de las que podemos sentirnos orgullosos como sociedad». Una actualidad que se vive como una novela negra: «Hemos visto tesoreros del partido del Gobierno en la cárcel, líderes políticos tomando el sol en el yate de mafioso, una intermediaria internacional hacer negocios en nombre del rey... mientras nuestra sociedad se empobrecía a pasos agigantados. ¡Por supuesto que vivimos tiempos de thriller!».