La Voz de Galicia

«La poeta y el asesino», novela del periodista británico Simon Worrall recuperada

Cultura

H. J. P. Redacción / La Voz
El escritor Simon Worrall, el falsificador convicto Mark Hofmann y la poeta Emily Dickinson

Impedimenta publica un relato digno de las llamadas «true crime stories» que da cuenta del caso real del estafador que falsificó un poema de Emily Dickinson y acabó asesinando

19 Aug 2019. Actualizado a las 05:00 h.

En tiempos en que la televisión ha puesto de moda eso que hoy se llama el true crime story con series de tanta calidad como Mindhunter, The People versus O.J. Simpson o Manhunt: Unabomber, parece muy oportuno el rescate de un libro que relata el caso de Mark Hofmann, un estafador que, en 1997, logró introducir un falso poema inédito de Emily Dickinson en una subasta de la prestigiosa casa Sotheby’s, que fue vendido a una biblioteca de Amherst, el pueblo de Massachusetts donde nació y vivió la excelsa escritora.

Se trata de la novela La poeta y el asesino (2002), obra del narrador y periodista británico Simon Worrall (Wellington, Inglaterra, 1951), en una edición que había lanzado el sello Emecé en el año 2004, que resulta muy difícil de encontrar y que ahora recupera Impedimenta.

Los muchos fraudes literarios de Hofmann no eran un puro desafío intelectual o la broma de un diletante, él trabajaba con una motivación obsesiva: la desacreditación y la destrucción de la fe mormona, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, bajo cuyos auspicios se había formado férreamente tutelado por sus padres. Por eso falsificó los textos de Joseph Smith, fundador de esta poderosa comunidad religiosa, e incluso hizo aparecer algunos que se daban definitivamente por perdidos, imitando su letra y hasta sus deficiencias de ortografía típicas. Lo mismo hizo con Dickinson.

Detalle de un artículo informativo en un diario estadounidense que recoge cómo Mark Hofmann presenta a un grupo de expertos sus hallazgos de textos del «profeta» mormón Joseph Smith, que, cómo no, tiempo después se comprobó que eran falsificaciones

Hofmann alcanzó una perfección de artista en su oficio, pero no fue esa genialidad su perdición final. Lo peor fue que acabó matando a dos personas con sendas bombas para tratar agónicamente de encubrir sus engaños, cuando las deudas lo tenían contra las cuerdas. Es por este doble asesinato en primer grado por el que está encerrado en prisión.

Fascinado por el escándalo de aquel falso poema, Worrall emprendió una ardua investigación sobre la que edificó su novela, que se lee como un absorbente thriller y que indaga los muy finos límites de la genialidad y la locura.


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