La Voz de Galicia

Librerías de segunda mano, un renacer asequible para la literatura

Cultura

Carlos Portolés Carlos Portolés La Voz
La Vieja Librería, local en Pontevedra dedicado al comercio de libros usados que dirige Paula.La Vieja Librería, local en Pontevedra dedicado al comercio de libros usados que dirige Paula.

Estos establecimientos están en auge desde la llegada de la crisis

12 Sep 2022. Actualizado a las 05:00 h.

La crisis mengua las carteras. Y las carteras, cuanto más menguan, menos invierten en cultura y entretenimiento. Son (con razón) los primeros gastos sacrificados en tiempos de frugalidad. Se ha visto con la necesidad de crear bonos de consumo cultural por parte de las Administraciones. Y es que lo esencial es llenar la nevera y el tanque de gasolina.

Esta situación hace que, por ejemplo, no se compren, con la misma alegría, libros en papel. No todo el mundo tiene la posibilidad de gastarse veinte o treinta euros en un ejemplar nuevecito de la última novela del escritor de moda. Por ello el sector de las librerías de segunda mano se presenta, cada vez más, como una alternativa asequible. Un puente abierto hacia las letras. Vendiendo volúmenes a precios más que razonables, estos establecimientos sirven también para darle una nueva vida a tomos olvidados de bibliotecas muertas.

Rafael Díaz lleva al frente de la librería Incunable de A Coruña casi cuatro decenios. Desde 1984, año muy literario. El local fue fundado por su madre. Lleva tanto tiempo tras el mostrador que ha sido testigo y partícipe de los mil cambios recientes del sector. Algunos han sido abrumadores, como la llegada de internet y sus revoluciones. «Si quieres, hoy puedes montar una librería completamente virtual desde tu casa. Ahora las cosas son distintas», admite.

Rafael es uno de los muchos que luchan por mantener vivo un mundo que ya no está (o que, como mínimo, cada vez está menos). La arqueología literaria, la veneración por el manuscrito encontrado y por las páginas amarillentas de fecha antigua son cosas cada vez más pequeñas y remotas. «Algunos libros antiguos que antes se vendían a 90 euros ahora hay que venderlos por 20».

No obstante, los libreros son una dúctil estirpe, acostumbrada a navegar el cambiar de los tiempos. Por eso, Rafael también es capaz de dar un paso atrás y admitir algunos de los beneficios de la digitalización. «Lo electrónico también le ha hecho un bien a la literatura. Permite acceder de forma remota y libre a libros muy antiguos que en físico son prácticamente imposibles de encontrar».

La de librero es una de las profesiones más románticas y romantizadas. Los tópicos, a veces, se fundan sobre verdades. Ante la pregunta «¿Qué es lo que más le gusta de vivir entre libros?», todos dejan entrever su lado más sensible. Ese que los empujó a dedicar sus días y esfuerzos al oficio de las letras, y no a otros más lucrativos. Lo borda la respuesta de Rafael: «A mí lo que más me gusta es que siempre se aprende algo y siempre te enamoras de algo. Una edición rara de un Shakespeare, un Las mil y una noches...».

En el corazón de Pontevedra hay una entrañable librera. Se llama Paula, pero su apodo es la Vieja. Un sobrenombre cariñoso que la portadora lleva con orgullo. No es un insulto, es que es la dueña de La Vieja Librería, uno de los locales de compra-venta de libros clásicos de la ciudad.

La de esta librera es otra historia de vocación. «Este mundo es para los que nos gusta mucho el libro en papel, lograr una oportunidad de darles una segunda vida», cuenta. Es abierta y atenta. Por eso tiene tantos clientes fieles que confían en su criterio y discuten con ella sus últimas lecturas.

También aprovecha para desmontar algunos mitos injustos. «A la tienda viene mucha gente joven en busca de literatura de calidad. De esos títulos que aparecen en todas las listas de clásicos universales. No es cuestión de edad, a las librerías vienen los que gustan de leer», argumenta.

No solo compran libros, también aceptan donaciones. Pero el dinero que sacan con la venta de los ejemplares cedidos es abonado a dos asociaciones benéficas. Una de rescate de animales y otra de lucha contra el cáncer. «Además, aquí —añade con una voz calmadamente alegre— tengo el privilegio de encontrar tesoros todos los días». Hablando con libreros, en seguida se encuentra una constante. A casi todos les gusta dialogar y conocer. Son curiosos como lo son todos los ratones de biblioteca.

Javier Hita regenta la librería Nigraponte, también en Pontevedra. Asegura que lo que más disfruta de su trabajo es «el espacio conversacional que se crea con el cliente». Pero va más allá. Ve su tienda como algo a mitad de camino entre «un sofá psicoterapéutico y un negocio». Lo concibe así porque, en su rincón del mundo, las personas entran para «hablar sobre ideas y libros».

La lectura es un testigo que pasa de generación en generación. Así lo confirma Hita, que observa a diario con satisfacción a «padres que vienen a buscar libros para sus hijos». Estas tiendas son una sólida línea de defensa para el papel. Ese al que siempre matan pero nunca muere. Porque son muchos sus usos y sus vidas.

De franquicias, bibliófilos, vocaciones y ferias

En Galicia hay decenas de librerías de segunda mano distribuidas a lo largo y ancho de las cuatro provincias. Incluso hay algunas cadenas, como Re-Read. Es una franquicia que tiene locales por toda España. En Galicia tienen puntos de venta en ciudades como A Coruña, Vigo, Santiago y Ourense.

Pero para encontrar ejemplares más raros y antiguos, es mejor pasearse por sitios como Valín, en Lugo. Es una pequeña pero muy recargada estancia. Los libros inundan cada esquina. Se amontonan aquí y allá. Un punto más que interesante para bibliófilos. No obstante, José Manuel Valín, el dueño, señala que «está bajando mucho la venta del libro antiguo». Y que cosas que antes interesaban ampliamente como ediciones bien conservadas del siglo XIX, ya no tienen casi salida. Lo achaca a un «cambio generacional». Pero algo en lo que coinciden todos los entrevistados es en que uno no se mete en este negocio para hacerse de oro. «En una ciudad no muy grande, como es Lugo, si te dedicas a esto es porque te gusta. Uno tiene que decidir qué hacer con su vida. Yo decidí dedicar la mía a los libros», refrenda Valín.

Actualmente, la 31.ª Feira do Libro Antigo e de Ocasión de Galicia está a punto de acabar su itinerario. Como todos los veranos, este evento lleva, durante unos días, la venta de libros de segunda mano y de ejemplares descatalogados a puntos céntricos de las principales ciudades gallegas. Hasta el 4 de septiembre estuvo abierta en los Jardines de Méndez Núñez de A Coruña. Llevaba desde mayo haciendo gira. Ha pasado, como todos los años, por Santiago, Ferrol, Vigo y Lugo. Es una cita que ofrece tanto piezas singulares para coleccionistas como ejemplares de reventa más modernos y baratos. El libro, cada vez más fácilmente accesible. Ya no hay excusas.


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