Diego Anido, la gran revelación de «As bestas»
Cultura
El actor compostelano ha sido el complemento perfecto para Luís Zahera en el filme de Sorogoyen
19 Feb 2023. Actualizado a las 13:00 h.
El destino le tenía reservada una feliz pirueta a Diego Anido (Santiago, 1976). En septiembre del 2021 se disponía a incorporarse al rodaje de la nueva película de Rodrigo Sorogoyen, As bestas. Interpretaba un pequeño papel. Pero recibió una llamada. Había cambio de planes: Pedro Alonso se caía del reparto, dejando la vacante de un personaje mucho más importante en la trama. Habían pensado en él para tapar ese hueco. «Tuve un arrebato de alegría —recuerda Anido—. Se juntaba todo: ganas de hacer películas, trabajar en un proyecto grande y, por qué no decirlo, me venían muy bien unos ingresos mayores», explica el actor. No lo dudó. Respondió un sí rotundo. Así se convirtió en Lorenzo Anta, el siniestro hermano de Xan Anta, interpretado por Luís Zahera.
En ese momento cambiaba la vida de este actor heterodoxo criado en el teatro universitario compostelano. ¿Hubo vértigo? «No, la verdad es que no —asegura— Yo había hecho un casting con Sorogoyen bastante elaborado. Él pudo ver cómo trabajo y mis características. Noté pocas dudas. Eso me dio mucha seguridad». Lo mismo ocurrió cuando se vio pisando la alfombra roja de Cannes, contrastando con su trabajo en pequeñas salas de teatro alternativo de toda España. «Tuve mis momentos de conflicto en el pasado —confiesa—. Normalmente, lo de mirar mal los esmóquines ocurre cuando estás lejos de ello. Al acercarte le vas quitando los peros y también toda la tontería al glamur. Lo entiendes un poco más. Esas grandes fiestas están hechas para generar un imán y que haya más público. No es algo maligno. Yo tuve la suerte de ponerme el traje y compartir el viaje con Luis Zahera, que ya estaba iniciado en esto. Es de Santiago, nos entendimos muy bien. Tenemos un humor parecido. Me hizo vivirlo como quien va con un colega, riéndote de lo que hay que reírse para no tomárselo en serio».
Han sido muchos años picando piedra hasta llegar ahí. Desde aquellos ensayos en «los locales de comité» en Filoloxía Galega a sus estudios en la escuela compostelana Espazo Aberto. Allí asimiló un discurso que le dejó huella: «Me decían que un actor no tiene porque ser una persona que hace encargo, sino que puede ser alguien que genere su propia obra. Desde ahí empecé mi linea de trabajo. Y hasta hoy». En un «hazlo tú mismo» radical, emprendió con Paper Boy (2002) una serie de proyectos individuales. Por ahora tienen su última parada en El rey del pop (2022). «En ellos hay un término medio entre experimentación, humor y todo lo que voy a aprendiendo», explica.
Anido también le dio a la música en los noventa. En unos parámetros tan underground o más que los del teatro. La aparcó con el cambio de siglo, pero su experiencia en formaciones como Hemisferio Izquierdo y Taxi Driver lo marcaron a fuego: «Con los años he visto que ese indie me ha influido mucho. Cuando me dedico a hacer algo personal y también cuando estoy con otra gente, que lo concibo como si fuera una banda», reflexiona. En ese sentido, Anido ha viajado por todo el mundo con la Agrupación Señor Serrano: «Recibimos el León de Plata en la Bienal de Viena 2015». También se metió en el mundo de las danzas japonesas en Barcelona con el bailarín y coreógrafo Andrés Corchero. Y trabajó con la compañía Voadora: «Es un hito como creció y creo es ejemplar», opina.
El papel que llamó la atención
En el cine el primer pico profesional llegó con Ons (2020) de Alfonso Zarauza. «Me propuso un papel pequeñito y fue muy guay. Hacía de una persona sorda. Estuve investigando y pude crear un personaje curioso, del que se ha hablando mucho. Fue muy importante. Creo que fue por eso por lo que me localizó la directora de casting de As Bestas», indica. En el filme de Sorogoyen destacó por sus miradas calladas. Lorenzo Anta apenas habla. Aunque ese «pailán» que le espeta al francés haya calado: «Me recuerdan mucho esa escena, porque es muy Perros de Paja. Pero con la que se queda todo el mundo es la del bar. Los personajes hablan y yo miro. Mucha gente de la profesión destaca eso, porque saben lo difícil que es estar en plano sin hacer nada. Si haces algo queda fatal. Tienes ahí a dos actores que están brutales [Denis Ménochet y Luis Zahera] y tú solo tienes que estar callado. Es muy difícil».
Ese trabajo no pasó desapercibido. Le sirvió para estar nominado al Goya al mejor actor de reparto junto a Luis Zahera, quien lo ganó. Pero tal y como le recuerda su representante, Lourdes Jurado, «lo importante no son los premios, sino estar currando». Y el teléfono ha sonado mucho en las últimas semanas. «Sí, hay ofertas— confirma—. Todo pinta que este 2023 va a ser muy diferente a mis años anteriores», dice alguien que está encantado de vivir en Galicia: «Lo de irme a una ciudad grande ya lo hice hace años. Hay muchas cosas que han evolucionado y se pueden hacer desde aquí. Además, ahora soy padre. Pero quién sabe».