Maluma tiñó de púrpura la fiesta de O Son do Camiño
Cultura
El artista se plantó en Santiago repartiendo sonrisas, repasó su grandes éxitos ante una audiencia que comió de su mano y cerró su actuación sin hacer un bis que todos esperaban
17 Jun 2023. Actualizado a las 14:43 h.
Se asocia la figura de Maluma al reguetón, pero su caso es el de un artista de esos que trasciende al género. El reguetón de Maluma no es el de bases en un ordenador, bocinas sobrexcitadas y explosiones de humo. Al contrario, como se pudo ver el viernes en O Monte do Gozo el colombiano tiene maneras de músico clásico. Una banda le da un envoltorio mucho más orgánico y lo acoge, dando esa sensación que muchos asocian a lo real frente a lo enlatado. También se nota en su actitud, más próxima a cantantes tipo Ricky Martin que a Nicky Jam. Como un Adonis latino consciente de su atractivo, se atreve con modelitos imposibles (¿quién demonios puede defender un pantalón corto rosa como el suyo y salir airoso?) repartiendo sonrisas a una audiencia que literalmente se derrite con él. «¿Dónde están las mujeres solteras de Santiago?», preguntó el poco de empezar. Y sí, aunque parezca increíble, estamos en el 2023, no en 1987 o 1965.
Quienes lo vieron en el Morriña Fest del 2022 se encontraron con algo parecido. De nuevo, el perro gigante con perturbadores ojos rojos presidía el escenario. De nuevo, el púrpura de su disco Papi Juancho (2020) fue el color que presidió la fiesta. De nuevo, su sucesión de hits generó esa sensual sensación de felicidad en el público que define su éxito. Porque nada más sonar Hawai las gargantas de las miles de personas que lo seguían lo secundaron. Las caderas hicieron el resto. Bailaban —con las rodillas flexionadas y el goce dibujado en la cara— esas piezas de romances por Instagram, celos en vídeos de WhatsApp y demás caminos cruzados del amor, el deseo y la traición en el siglo XXI. Hablamos de canciones como Madrid, Corazón, 11PM y HP, entre muchas otras.
Himnos coreados de arriba abajo en O Monte do Gozo que adelantaban el delirio de Felices los cuatro. Iniciada cual balada, continuada por el camino del reguetón y finalizada en formato salsero, elevó a sus fieles a un estado prolongado de dicha continuada con Vente Pa Ca y el Chantaje con la voz enlatada de Shakira dándole la réplica. Después de proponer al público que alzase sus móviles, dejando una bonita foto de luces infinitas («la voy a poner en mi Instagram», dijo) interpretó Cuatro babys y dijo adiós. Sin más. Abruptamente, cortando todo el buen rollo precedente. Mientras todos esperaba un bis (faltaban 10 minutos de su tiempo), el artista se quedó en el camerino y no retornó.