«Fulgor», novela de la escritora mexicana Alma Mancilla
Cultura
El tono onírico del relato le sirve a la autora para ahondar en la disociación de la realidad de la protagonista, Eva, una joven estudiante de antropología que recala en una cabaña en un bosque para realizar un trabajo de campo mientras trata de cerrar la dolorosa herida de un aborto reciente
25 Jun 2023. Actualizado a las 10:01 h.
Con un interesante y muy amplia trayectoria como cuentista, a la escritora, antropóloga social y doctora en Ciencias Políticas Alma Mancilla (Toluca, México, 1974) le quedó una espinita clavada cuando en el 2018 escribió De las sombras. Se trata de una biografía apócrifa sobre Heinrich Kramer, autor del Malleus Maleficarum: El martillo de las brujas, tratado aparecido en Alemania en 1487 y que fue fundamental en el desarrollo de la terrible persecución y caza de brujas que alcanzó su cénit en el Renacimiento entre mediados del siglo XVI y mediados del XVII. En su gusto por el terror y la fantasía (se crio leyendo a Poe y a Horacio Quiroga), esa ansia de escribir un cuento o una novela sobre brujas la llevó a indagar el territorio oscuro que representa la demonización de la mujer por el régimen heteropatriarcal, especialmente en lo que se refiere a la imposición de la maternidad como destino irrevocable. El tono onírico le sirve para ahondar en la disociación de la realidad de la protagonista, Eva, una joven estudiante de antropología —una urbanita que es la voz narradora, en primera persona, casi como eco de la conciencia— que recala en una cabaña en un bosque para realizar un trabajo de campo en torno a una de las comunidades del lugar y sus costumbres. Enseguida descubrirá un insólito grupo de mujeres vestidas de blanco de las que nadie habla y que parecen apelarla (también un adolescente albino), mientras ella trata de adaptarse al entorno extraño al tiempo que intenta cerrar la dolorosa herida de un aborto reciente. Lo arcaico del México rural, lo telúrico y primitivo del bosque, y la quiebra de lo cotidiano erosionado por la ensoñación acrecientan la deriva de su salud mental, impulsada por una decisión consciente (e irresponsable) de dejar la medicación psiquiátrica prescrita para curar el trauma. En ese hábitat casi de ciencia ficción, en una dimensión ajena, Eva, arrastrando sus fantasmas, perseguirá la luz de la redención.