La Voz de Galicia

Tom Sharpe, una biografía por deseo testamentario

Cultura

H. J. P. Redacción / La Voz
Miquel Martín, con Montserrat Verdaguer, en Llafranc.Miquel Martín, con Montserrat Verdaguer, en Llafranc.

La publicación del relato vital del escritor británico coincide con el décimo aniversario de su fallecimiento

27 Jun 2023. Actualizado a las 05:00 h.

La obra del escritor Tom Sharpe (Holloway, Londres, 1928-Llafranc, Gerona, 2013) está considerada como una de las cimas del humor literario británico junto a las de Saki, P. G. Wodehouse y Evelyn Waugh. Muchos ignoran que la etapa final de su existencia se desarrolló en España, desde que en 1992 la casualidad lo llevó a descubrir Llafranc y la paz de aquel refugio en la Costa Brava lo sedujo. Ese mismo azar lo unió sentimentalmente a la psiquiatra Montserrat Verdaguer, a quien llamaba Montsi. Es por esta circunstancia que su biblioteca y su obra original manuscrita y mecanuscrita están depositadas en la Universidad de Girona, y que en el testamento encomendó a su pareja y albacea —decía que nadie como ella lo había comprendido en todas sus debilidades, manías y extravíos mentales— la redacción y publicación de su biografía, que quería alejada de esos retratos hagiográficos llenos de frases «presuntuosas y solemnes» que tanto detestaba. Incluso le puso título en sus dietarios: Fragmentos de inexistencia, el mismo con que —en conmemoración del décimo aniversario de su fallecimiento— llega a las librerías de la mano de Anagrama —sello que ha publicado todos sus títulos, también la desopilante serie de Henry Wilt— elaborada por el escritor Miquel Martín i Serra a petición de Verdaguer, que ha colaborado estrechamente con él. Y lo que revela este ensayo es que el humor fue para Sharpe una herramienta para enfrentarse a sus muchos traumas, que partían todos de la infancia, como hijo no deseado de una familia encabezada por su progenitor, un reverendo anglicano que pretendió inculcarle el nazismo. Quizá se halle esto en la raíz de sus difíciles relaciones amorosas y de su fetichista y masturbatoria idea de la sexualidad, que —junto con su brutal paso por los Royal Marines, el odio al clasismo que adquirió en las aulas de Cambridge y sus aventuras en Sudáfrica como fotógrafo— alimentan sus desternillantes novelas, que eran, junto con el alcohol, su forma de defensa, de enfrentarse al horror, la locura y las injusticias del mundo. «Mi biografía es tan extravagante que probablemente explica la clase de libros que escribo», decía ya en 1978 en una carta a Sally Williams, de la editorial Harper & Row. Gracias a esta biografía, el lector podrá profundizar en la escritura de Sharpe y dejar atrás ese tópico que asocia con la frivolidad el salvaje humor que practicaba el genio inglés.


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