La creadora barcelonesa Teresa Lanceta, Premio Nacional de Artes Plásticas 2023

Pionera del arte textil contemporáneo en España, Teresa Lanceta fue galardonada este lunes con el Premio Nacional de Artes Plásticas que concede el Ministerio de Cultura, un galardón dotado con 30.000 euros. El jurado cree que la creadora barcelonesa ha rescatado «un lenguaje femenino, vernacular y colectivo».

De acuerdo con el veredicto, su distinción reconoce «a una generación de mujeres, a la técnica del tejer como un lenguaje, un código primigenio de la humanidad alejado de lo patriarcal mediante el cual ha entrado en contacto con las culturas de diversos colectivos como la población romaní, las tejedoras nómadas marroquíes o las vecinas del Raval».

Teresa Lanceta (Barcelona, 1951) es licenciada en Historia por la Universidad de Barcelona y doctora en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido docente de la Escuela de Arquitectura de Alicante y de la Escola Massana de Barcelona. Su trabajo se centra desde los años setenta, en el uso del textil como forma de expresión, para lo cual ha difuminado las fronteras entre la artesanía y el arte.

Su obra está trufada de vestigios de las ciudades en las que ha vivido, influencias que beben del barrio del Raval y el Atlas Medio, que visitó durante más de treinta años. Ha estado afincada en Alicante, Granada, Madrid, Sevilla y Marrakech. Entre los temas de sus investigaciones artísticas se encuentra el trabajo del arte popular textil en Marruecos, la alfombra española del siglo XV y el quehacer de las mujeres en la industria tabaquera.

El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona recuperó la figura de Lanceta el año pasado con una exhaustiva muestra que reunió sus tapices, alfombras y arte textil. La exposición viajó luego al IVAM de Valencia y al Museo Meadows de Dallas. Sus obras han participado además en exposiciones organizadas por instituciones nacionales e internacionales como el MUSAC, la Academia de España en Roma, la 57.ª Bienale de Venecia, la 11.ª Bienal del Cairo o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

En la treintena empezó a indagar en formas «más directas y espontáneas», inspiradas en los años en que vivió en Barcelona. Son obras más agresivas, hechas de telas rasgadas y remendadas, casi siempre en negro y rojo, que considera los colores del Barrio Chino, luego reconvertido en el Raval. Se resiste a bautizar su arte de feminista, pese a su habitual reivindicación del trabajo femenino, que ilustra muy bien su corto documental sobre las cigarreras de la Tabacalera de Alicante.