«La sociedad de la nieve» solo se estrenará en Galicia en cuatro cines
Cultura
Desacuerdo entre Netflix, productora del filme de J. A. Bayona, y las exhibidoras
15 Dec 2023. Actualizado a las 17:59 h.
Si usted vive en Santiago y quiere ver en pantalla grande La sociedad de la nieve, que hoy se estrena en cines, deberá como mínimo desplazarse hasta A Coruña para hallar una sala que la exhiba. En toda Galicia, solo cuatro proyectarán la nueva película de J. A. Bayona, uno de los grandes acontecimientos cinematográficos del año: es la primera en 16 años que el director de Lo imposible y El orfanato rueda en castellano, ha sido nominada a mejor cinta de habla no inglesa en los Globos de Oro y probablemente represente a España en los Óscar —ya ha sido preseleccionada, solo falta que la Academia de Hollywood se pronuncie—. A pesar de ser una de las superproducciones más caras del cine español, con un presupuesto estimado de 60 millones de euros, únicamente se exhibirá en 110 pantallas de las 3.591 que hay en toda España. Que sea Netflix la que pone el capital en esta revisión del accidente aéreo de los Andes mucho tiene que ver: el 4 de enero se estrenará en la plataforma.
De entre las 167 salas de cine gallegas, La sociedad de la nieve solo podrá verse en Cantones, en A Coruña; Odeón, en Narón; Cristal, en Lugo; y Tamberlick, en Vigo. Hasta 13 provincias de toda España, entre ellas Ourense, se quedan fuera de la distribución, de la que gigantes como Yelmo y Cinesa se han desvinculado. Ambos reclaman una ventana de exhibición más larga antes de que arribe a los hogares. «Lamentablemente, no hemos podido llegar a un acuerdo para ofrecer esta película en nuestros cines», señalan fuentes de Cinesa. Consultada Tripictures, distribuidora de la obra, ha declinado hacer valoraciones al respecto.
Sucedió algo similar con El asesino, de David Fincher, y con ese repaso a la biografía de Leonard Bernstein de Bradley Cooper que es Maestro. La primera se estrenó en un grupo selecto de 29 cines —ninguno gallego— el 27 de octubre; el 10 de noviembre ya se podía disfrutar en Netflix. La segunda llegó a las salas el 6 de diciembre, solo a 34, tampoco ninguna en Galicia. En la plataforma de streaming estará disponible a partir del próximo miércoles.
«Lo de Netflix con La sociedad de la nieve se parece mucho a una bofetada en todo el morro a los espectadores españoles que preferimos las salas, aunque seamos abonados del streaming —considera Miguel Anxo Fernández, crítico de cine de La Voz y profesor de Comunicación en la Universidade de Vigo—. Su proyección por apenas 20 días en un número limitado de salas suena a recochineo. Acaban de hacerlo con El asesino de Fincher y Maestro de Bradley Cooper, pero el caso de Bayona es un insulto con la complicidad de nuestra Academia de Cine, generosa a la hora de llevarla al Óscar y de prodigarla en candidaturas a los Goya, para una película que no gozaremos en pantalla grande».
La indignación que muestra Fernández lleva días encendiendo el debate en la red social X [antes Twitter], donde no pocos usuarios han compartido su incredulidad ante el hecho de que una película de un director español, destinada a arrasar, pueda verse en un cine de Uruguay, Chile, Perú y Paraguay, y no en uno de Cuenca, Segovia, Santa Cruz de Tenerife o Huesca. Y más cuando coincide en plenas Navidades. «Hace mal Netflix en desconsiderar el factor humano, lo que acrecentará la desafección —sostiene el crítico de cine—. Acabaremos odiando la N roja, aunque al ser una empresa privada esté en su derecho de hacer lo que le viene en gana. Ahora mismo, nos resulta muchísimo más simpática Apple, e incluso Amazon, que colaboran con el cine y con las salas». Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese, y Napoleón, de Ridley Scott, ambas de Apple, resisten en algunas carteleras. Y ya han generado cientos de millones de euros en taquilla.
Para José Luis Losa, también crítico cinematográfico de La Voz, esta es «una forma de cortarle el césped bajo los pies al cine en salas, ya muy zaherido». En su opinión, la imposición de Netflix «niega a la obra su espacio de visión natural». «Por eso Cannes mantiene su veto a la plataforma, en una defensa ideológica elogiable del cine en el cine», concluye.
Proyecciones simbólicas para poder optar a los premios
El pasado junio, los Óscar cambiaron las reglas del juego. Para preservar el consumo tradicional de cine, la Academia de Hollywood estableció que aquellos filmes producidos por plataformas que quieran aspirar al premio a mejor película, además de mantenerse como mínimo durante una semana en cartelera de alguno de los cines de las seis ciudades estadounidenses consideradas mercados principales —Los Ángeles, Nueva York, San Francisco, Chicago, Miami y Atlanta—, deben tener una exhibición ampliada de otros siete días más, consecutivos o no, en diez de los 50 principales mercados de EE.UU. Las que quieran optar a la categoría de mejor largometraje internacional tienen que ocupar como mínimo una semana el 20 % de las salas más importantes del país a representar. Y deben pasar por ellas antes del 24 de enero.
La proyección de La sociedad de la nieve en pantalla gigante responde, por tanto, a un mero trámite, supone más un estreno técnico, selectivo y simbólico para cumplir los requisitos de competición que una oportunidad para llegar al gran público, ya asegurado con su plaza fija en Netflix a partir del 4 enero. Su paso por salas escogidas es un mero anuncio, un aperitivo con el que el gigante californiano mata dos pájaros de un tiro: abrir boca, generando conversación y expectativa, y asegurar su más que probable nominación al Óscar. Además, está obligada a fichar en taquilla para poder llevarse a casa alguno de los 13 premios Goya a los que está nominado. Las bases de los premios más importantes del cine español exigen que las películas candidatas a cabezón hayan permanecido en cartel un mínimo de siete días consecutivos.
Una demanda de Bayona
Pau Brunet, experto en?producción, distribución?y análisis de industria, apunta sin embargo que el estreno en cines de La sociedad de la nieve responde a «una ambición y demanda del equipo de la película, sobre todo de Bayona, para darle una vida en salas al filme pese a la negativa de Netflix». «Al final entendieron el peso de la película entre la comunidad cinéfila y lo que significa para el cine español, y aceptaron un estreno en cines, pero lo limitaron mucho y muchas salas no han aceptado las limitaciones de tiempo entre cine y plataforma, por eso no han entrado Cinesa ni Yelmo», comenta.