Jorge Ruiz (Maldita Nerea): «La música es totalmente imprescindible para el desarrollo humano»
Cultura

El grupo actúa mañana en la sala Capitol de Santiago con todo el aforo vendido
09 Feb 2024. Actualizado a las 16:18 h.
Fue en el año 2007 cuando un grupo y una canción se auparon a lo más alto de la música nacional. Se trata de Maldita Nerea y El secreto de las tortugas, un himno que se ha mantenido en el tiempo, igual que su intérprete Jorge Ruiz. Mañana estará en Santiago (Capitol, 22 horas, todo vendido) presentando Manual para seres maravillosos, su nuevo trabajo.
-Dice que intenta gustar a la gente joven sin dejar de gustar a los mayores. Difícil equilibrio. ¿Cómo lo logra?
-La mayoría del público que va a ir a verlos Wizink Center es su primer concierto. Y el grupo de edad mayoritario tiene entre 18 a 24 años. Yo podría ser sus padres. La industria no lo entiende y colapsa con eso. Mi propia compañía de discos no lo entiende. No sé por qué pasa, pero yo hay algo que no me salto y es que esto va de canciones y de conectar. Eso es a lo que yo me dedico desde pequeño. Yo lo que quiero es que me produzca esa conexión y hacer canciones para ser cantadas. La canción no es mía, sino de quien la canta.
-Dentro de esa filosofía, «El secreto de las tortugas», que es su tema bandera, resulta totalmente atípica: un tema sin estribillo que, a priori, no es de los que van a triunfar. ¿Qué pasó con ella?
-Ha pasado mucho tiempo para pensar qué pasó con ella. No fue vista por casi nadie. Creo que fui el único que la vi [risas]. Tiene cosas especiales. Es una historia real. La hice cuando me di cuenta de que yo no puedo correr y correr no me ayuda. Es la parábola de la liebre y la tortuga. El conocimiento humano es lento. La información, no. Pero el conocimiento, sí. Esa canción tiene eso escrito. Y, efectivamente, van pasando guerras, crisis mundiales, pandemias, Facebook, Instagram… y la canción no pasa de moda. Para mí es una suerte que me haya pasado.
-Ahí aparece algo clave en Maldita Nerea: la pausa y la lentitud. ¿Su música nace ajena a las urgencia del pop actual?
-Responde un poco a mi identidad y mi personalidad. No puedo no ser lo queno soy. Veo muchas modas que van pasando y vienen y van. Si yo no coincido, no puedo sumarme porque no sería yo. Pero las modas pasan y tú sigues. A veces cuesta mucho más, pero yo no compito con nadie más que conmigo mismo. Ahora todo el mundo te pregunta por los ritmos latinos y lo que está pasando a nivel mundial con el streaming. Y yo digo que genial, pero esto ha pasado más veces con diferentes olas y no por eso tienes que dejar de ser quien eres. La pausa va en nuestra naturaleza.
-Su nuevo disco tiene una canción muy especial, «Inevitable». ¿Cómo surgió?
-Estoy en el mundo de la educación desde hace muchos años y mis canciones, de manera natural, han acabado en las aulas prácticamente desde que empezamos. Esta se creó pensando en esa. Me pregunté qué haría si tuviera que aportar valor al aula. Pensé que si se maneja por asignaturas y si la asignatura fuera ser humano y abrieramos ese libro cuál sería la primera lección. Pienso que sería el amor, porque somos máquinas de amar. Entonces me propuse cantar al amor, pero pensando en que también pudieran hacerlo los niños, que es más interesante. Es una definición poética del amor. La ha cantado mi hija de manera accidental, porque no estaba previsto. Luego hicimos un concurso a nivel nacional para que los colegios pudieran hacer su versión de la canción.
-¿Cómo ha funcionado?
-Se han presentado 150 centros. Entre 10.000 y 15.000 niños le han cantado a los adultos que el amor es inevitable. Para mí es una canción totalmente disruptiva con las tendencias actuales del pensamiento humano. Todo el mundo piensa que las cosas van a peor y no es verdad. Todo eso es inevitable.
-Se mueve entre la educación y la música. ¿Qué importancia tiene la segunda en la primera?
-Desde que Eduard Puset me preguntó en Redes si era primero la música o el lenguaje es algo sobre lo que he pensado y estudiado mucho. Yo tengo mi propia versión y es que la música es totalmente imprescindible para el desarrollo humano. Esto nos lo dice el hecho de que haya estructuras cerebrales dedicadas a ella y que existan instrumentos musicales como tales prácticamente desde el principio de los tiempos. El nosotros es lo que nos ha traído aquí y conquistar la cadena ecológica, siendo un animal pequeño no especialmente fuerte ni rápido. Yo hago un concierto y, de repente, vienen 15.000 personas a verte. Eso es el nosotros. Hay datos significativos. ¿Cómo es posible que algo que económicamente ocupa poco en el PIB frente a otras industrias y, sin embargo, tiene tanta capacidad de influencia? Por eso, porque es una de esas cosas esenciales que nos conectan con nuestra naturaleza. En educación están siendo relegadas las clases de música, pero cuando un centro quiere hacer algo especial usa la música sin excepción. Debe ser mucho más esencial de lo que es.