Christopher Nolan contra todos en los Óscar... y de nuevo Scorsese, que se irá de vacío

¿Qué ha hecho Scorsese para acumular un total de diez nominaciones al Óscar al mejor director, superando incluso a Spielberg, y otras diez a la mejor película? ¿Excelente cine? ¿Y por qué no se ha llevado diez estatuillas, o las veinte? Quizá no era un cine lo suficientemente bueno. Solo Infiltrados (2006) mereció el reconocimiento de la Academia de Hollywood en las categorías de mejor director y mejor película. ¿Es realmente su mejor obra? Dudoso que sea así. A sus 81 años, el realizador neoyorquino llegará en la noche del domingo 10 de marzo al teatro Dolby de Los Ángeles con la espléndida Los asesinos de la luna bajo el brazo para ver cómo se repite de nuevo la ceremonia —ante los más de 1.500 invitados, ¿no será una falta de respeto mayúscula?— e irse finalmente de vacío.

El ejecutor del agravio será esta vez Christopher Nolan, que, con su Oppenheimer, arrasará si se cumplen los pronósticos que dictan sus dobles victorias —en las categorías de filme y de director— en los Globos de Oro, los Bafta y los Critics Choice Awards. Con sus trece nominaciones, el biopic del científico que creó la bomba atómica amenaza con hacerse con los Óscar a la dirección, la película, el actor protagonista (Cillian Murphy), el actor de reparto (Robert Downey Jr.), la banda sonora (Ludwig Göransson), la fotografía (Hoyte van Hoytema), el montaje (Jennifer Lame) y el sonido. Apenas se llevaría la decepción Emily Blunt, candidata como actriz de reparto. En la interpretación femenina principal podría hallar Scorsese el único consuelo de la velada (son diez los apartados en que figura como aspirante), ya que suena con fuerza Lily Gladstone para alzarse con la estatuilla a la mejor actriz, si Emma Stone no lo impide.

Nolan se bastará para afearle la gala al maestro que todos los presentes deberían adorar. Pero quizá su proverbial independencia les recuerda demasiado lo que son. Para tamaña afrenta no hará falta el concurso de las extravagancias de Yorgos Lanthimos —sus Pobres criaturas pugnan por once estatuillas y seguramente también fracasarán ampliamente— ni tampoco de las más cool de Greta Gerwig y ese artefacto que viaja entre los rosas de un feminismo a la americana, la comedia disparatada y la más perfecta operación de márqueting de la casa Mattel —acumula ocho candidaturas—. Lo mismo podría decirse de la edulcorada estampa biográfica sobre el mítico director de orquesta y compositor Leonard Bernstein —centrado en la historia de amor con su esposa, Felicia Montealegre— que rodó Bradley Cooper, y que alcanza siete nominaciones.

Por supuesto, la gran fiesta de Hollywood no solo desaprovechará la ocasión para homenajear a un veterano Scorsese pleno de facultades. Tras la concesión al moderneo que fue la entrega de los Óscar 2023 a la película y la dirección a los Daniels (Daniel Kwan y Daniel Scheiner) y su Todo a la vez en todas partes, no va a permitirse tener una delicadeza con el cine aparentemente más pequeño pero valiente en grado sumo de Jonathan Glazer (Zona de interés), Justine Triet (Anatomía de una caída), Alexander Payne (Los que se quedan) y Celine Song (Vidas pasadas). ¿Para qué?

«La sociedad de la nieve», atrapada entre «La zona de interés» y «Pobres criaturas»

Las películas de J. A. Bayona y Pablo Berger, únicas bazas españolas en la noche de los Óscar

Pobre balance en la presencia del cine español en las últimas ediciones de los Óscar. Nada desde que en el 2022 el dibujante madrileño Alberto Mielgo se llevó la estatuilla por su magnífico cortometraje de animación El limpiaparabrisas. Al final, no queda más remedio que echar de menos el notable ascendiente que el manchego Pedro Almodóvar mantiene en el difícil territorio angelino. Algo así podría decirse de la pareja que conforman los actores Javier Bardem y Penélope Cruz, oscarizados respectivamente por sus papeles en No es país para viejos y Vicky Cristina Barcelona.

La cinematografía patria acude a la gala del teatro Dolby de esta 96.ª edición con dos sólidas propuestas: La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona —que pelea en los apartados de mejor filme internacional y mejor maquillaje y peluquería—, y Robot Dreams, que aspira al entorchado de la película de animación.

Es cierto que Bayona es uno de los valores del cine español más internacionalizados, no solo por los muchos videoclips de Camela que dirigió. Baste recordar sus largometrajes Lo imposible (2012), Un monstruo viene a verme (2016) y Jurassic World: El reino caído (2018), o sus participaciones en series como Penny Dreadful (2014) y El señor de los anillos: Los anillos de poder (2022). De algo puede servirle su grado de conocimiento en Norteamérica y entre los académicos de Hollywood en su batalla de esta noche. Porque La sociedad de la nieve tendrá ante sí La zona de interés, uno de los trabajos más afinados del realizador británico Jonathan Glazer —criado también en el laboratorio del videoclip, desde Nike y Guinness a Radiohead y Nick Cave—; y con lo que gusta en EE.UU. una historia de Auschwitz contada con pulcritud. Eso en atención a la disputa del filme internacional; en la de maquillaje y peluquería, se batirá con la excesiva nariz judía de Bradley Cooper-Leonard Bernstein y el barroco poderío visual (también excesivo) de Yorgos Lanthimos. Compleja velada.

En cuanto a Berger, no lo tiene más sencillo. Su hermosa cinta de animación Robot Dreams debe lidiar con El chico y la garza, obra del gran mito, el maestro Hayao Miyazaki, fundador y alma de los estudios japoneses Ghibli, que a sus 83 años quizá esté ante la última oportunidad del homenaje en activo. Por si eso se revelase insuficiente, está la apuesta de Sony en el mundo de los superhéroes Spider-Man: cruzando el multiverso, un imaginativo, brillante y sorprendente producto muy pero que muy por encima de la media.

¡Suerte!, por arrobas. Hará falta.