Adiós a Gena Rowlands, reina del cine independiente americano, poderosa actriz y musa de John Cassavetes
Cultura

Junto a su primer esposo, firmó interpretaciones míticas en filmes como «Faces», «Una mujer bajo la influencia», «Noche de estreno», «Gloria» y «Corrientes de amor». La artista falleció a los 94 años en su casa de Indian Wells en la madrugada del jueves
16 Aug 2024. Actualizado a las 09:16 h.
Hoy todo el mundo sabe lo que significa la muy recurrida expresión mujer empoderada. Más difícil era entrever sus implicaciones en los años setenta del siglo pasado, a no ser que uno se hallase entre el improbable grupo de lectores en España de Simone de Beauvoir y Betty Friedan. También podía quedarle claro el concepto solo con haber visto a Gena Rowlands en la película Gloria (1980) empuñando una Smith & Wesson modelo 60 mientras pateaba el asfalto de Nueva York sobre sus taconazos de expareja de gánster. El enérgico personaje Gloria Swenson —claro homenaje a la gran dama del cine mudo que ofreció su canto del cisne en el filme de Billy Wilder Sunset Boulevard— toma a su vecino el pequeño Phil bajo su protección ante la amenaza de la mafia y emprende salvaje huida. El fan del cine de John Cassavetes —director para el que Rowlands firmó míticas interpretaciones en otros títulos como Ángeles sin paraíso (1963) y, sobre todo, Faces (1968), Así habla el amor (1971), Una mujer bajo la influencia (1974), Noche de estreno (1977) y Corrientes de amor (1984)— sabe lo que es una mujer empoderada.
Rowlands y Cassavetes se conocieron en 1953 en Nueva York durante las pruebas de ingreso en la American Academy of Dramatic Arts. Un año después contrajeron matrimonio, una unión tormentosa que se mantuvo hasta la muerte del director en 1989 por complicaciones de una cirrosis. Ya en 1959 la actriz apareció en la serie televisiva de la NBC Johnny Staccato, en la que Cassavetes encarnó el rol protagonista, un pianista de jazz que era detective privado.
Su colaboración excedía los títulos que él dirigía y trabajaron juntos en cintas como Gli intoccabili [The Untouchables, 1969], obra de cine negro realizada por Giuliano Montaldo, protagonizada por Cassavetes y Britt Ekland y en la que Rowlands asumió un papel de reparto. También aparecía Peter Falk —popular actor de la serie Colombo, en la que a su vez trabajó Cassavetes—. La pareja compartió plano también en el thriller Pánico en el estadio (Larry Peerce, 1976) y Tempest (1982), adaptación de la obra de Shakespeare dirigida por Paul Mazursky que protagonizaron.
Pero si Cassavetes —que había trabajado a las órdenes de Robert Aldrich, Martin Ritt y Don Siegel, buena escuela de independencia— tocó techo en su fama como intérprete con su papel en La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968) como despiadado marido de Rosemary (Mia Farrow), Rowlands dejó lo mejor de su arte con su esposo tras la cámara, aunque también lo hizo para Robert Mulligan, Woody Allen, Lasse Hallström, Jim Jarmusch y Terence Davies. En su última época Rowlands incluso se desempeñó bajo el mando de sus hijos Nick Cassavetes y Zoe R. Cassavetes, aunque en obras más bien blanditas, una de ellas la exitosa adaptación (en el 2004) de la novela de Nicholas Sparks El diario de Noa.
El cine para la pareja Rowlands-Cassavetes siempre fue un asunto familiar en el que participaron de lleno sus amigos Peter Falk, Ben Gazzara y Seymour Cassel. Algunos de los filmes que promovían se rodaban y editaban en la casa que el matrimonio tenía en Los Ángeles. También por eso Cassavetes es considerado uno de los pioneros del nuevo cine estadounidense, que miraba de cerca lo que se hacía en el Free Cinema británico y la Nouvelle Vague francesa. De hecho, Sombras (Cassavetes, 1959) es un estandarte de esta escuela en cuanto que preconiza el recurso a los escenarios reales, la improvisación en la interpretación y el interés por la crítica social. Realizadores como Robert Altman, Terrence Malick y Arthur Penn profundizaron esta línea de acción a la que se sumaron después otros como Scorsese, Michael Cimino y Coppola.
En ese escenario de arte independiente la figura de Gena Rowlands emerge como una verdadera reina por sus interpretaciones llenas de fuerza y de originalidad, hasta convertirse en un verdadero icono de rebeldía. Cinco años después de que el mal de Alzheimer atacara su mente, la actriz falleció a los 94 años en su casa de Indian Wells, (California) en la madrugada del jueves. En El diario de Noa, de Nick Cassavetes, ella interpretaba a Allie, una mujer que sufría esa enfermedad neurológica y un papel para el que se inspiró en su propia madre, ama de casa que en su madurez hizo sus pinitos como actriz para su yerno, Lady Rowlands, y que también padeció alzhéimer.
«Los papeles más hermosos con los que una actriz podía soñar»
Por Miguel Lorenci. Madrid / Colpisa
Encumbrada por sus colaboraciones con su primer esposo, John Cassavetes, en su larga carrera Gena Rowlands fue galardonada con cuatro premios Emmy y dos Globos de Oro. No obtuvo el Óscar, aunque estuvo nominada por Una mujer bajo la influencia y Gloria. La Academia de Hollywood le entregó la versión honorífica de la estatuilla en el 2015 en reconocimiento a una trayectoria llena de personajes cotidianos con intensos mundos interiores. Virginia Cathryn Rowlands nació el 19 de junio de 1930 en Cambria, Wisconsin. Su padre era banquero y político. Debutó en el cine en 1958 en la película del puertorriqueño José Ferrer Cómo superar el alto coste de la vida. Seguirían obras de teatro, películas y series. Rowlands decía que Cassavetes escribió para ella «los papeles más hermosos con los que una actriz podía soñar», desde la prostituta de Faces al ama de casa al borde de la locura en Una mujer bajo la influencia. Trabajar con alguien que renegaba de los grandes estudios de Hollywood y su dictadura «era muy emocionante porque toda la responsabilidad del papel recaía sobre tus hombros», afirmaba Rowlands.