Ana Laborde, la directora de la rehabilitación del Pórtico de la Gloria, recibe el Premio Nacional de Restauración
Cultura
El Ministerio de Cultura destacó su trabajo en la Catedral, el gran hito de su trayectoria
02 Oct 2024. Actualizado a las 19:49 h.
Los doce años de trabajo invertidos entre el 2006 y el 2018 para la restauración del Pórtico de la Gloria —ocho menos de los que tardó el Maestro Mateo en esculpir todo el conjunto— han sido claves para el reconocimiento que el Ministerio de Cultura hizo a Ana Laborde (San Sebastián, 1958). Se trata de la ganadora del Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, correspondiente al 2024. Un galardón dotado con 30.000 euros y que, tal y como indicó el jurado, reconoce sus «actuaciones sobre bienes patrimoniales del máximo nivel de protección y reconocimiento como Patrimonio Mundial». Más allá de lo genérico, en el veredicto final se destacó «la dirección técnica de la intervención en el Pórtico de la Gloria en la catedral de Santiago de Compostela». Es el hito definitivo de una carrera cuyo último paso ha sido el asesoramiento técnico en la restauración de la Puerta de Alcalá de Madrid.
Ana Laborde Marqueze es licenciada en Geografía e Historia en la especialidad de Prehistoria y Arqueología, por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid (1978). Se centró en proyectos de conservación de materiales pétreos. Además, es titulada por la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid, especialidad de Arqueología (1981).
En su currículo descansan numerosas intervenciones en bienes de interés cultural, tanto en el ámbito de la arqueología como en el de la escultura en piedra y el patrimonio monumental. En los primeros años de su carrera trabajó en los yacimientos de Atapuerca. Fue pionera en la incorporación de los conservadores restauradores al trabajo de campo al impulsar su integración en los equipos de investigación.
En el año 1986 pasó a formar parte del Instituto del Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Cultura como especialista en conservación y restauración. Coordinó trabajos en los monasterios de Santo Domingo de Silos y Santa María La Real de Nájera o las catedrales de Palma de Mallorca, Burgos, Sigüenza, Tudela, Toledo o Barcelona. También intervino en esculturas como Nuestra Señora de la Virgen Blanca de Vitoria o las del jardín del Museo Sorolla.
Pero en su carrera brilla, de manera especial, el trabajo llevado a cabo en el Pórtico de la Gloria, tanto por la importancia de la obra, como por la dificultad técnica que suponía su recuperación con un equipo interdisciplinar. Comparados en su día con la restauración de la Capilla Sixtina («no hay duda de que el proyecto está a la altura científica de aquel», explicaba la autora a La Voz en 2011), esos trabajos permitieron que la obra volviera a lucir los colores originales que había perdido.
El proyecto costó seis millones de euros y contó con el mecenazgo de la Fundación Barrié, institución que junto a la Fundación Catedral promovió su realización. Laborde sintió el peso de la responsabilidad. «Llegó a quitarnos el sueño», admitió al finalizar el proyecto, respecto a la posibilidad de que la obra sufriera algún deterioro en otra entrevista en La Voz tras la inauguración. También temía que no se cumplieran las expectativas del público: «Nos daba miedo que la gente esperara todavía más color, porque hay zonas en las que está bastante perdido», dijo entonces. Pero, al final, el resultado fue tan extraordinario que se trata de uno de los grandes acontecimientos culturales de Galicia. «Cuando se desmontaron los andamios y lo vimos en conjunto, todos lloramos emocionados», señaló en la citada entrevista.
Recientemente jubilada, este premio corona una trayectoria que, tal y como recordaba el Ministerio de Cultura, la convirtió en la representante española en las instituciones internacionales más prestigiosas en materia de patrimonio cultural, como son el Consejo de Europa y el ICCROM.