La Voz de Galicia

Coldplay mira a la luna pensando ya en su final

Cultura

Javier Becerra Redacción / La voz
Coldplay actuando en Coimbra en el 2023

«Moon Music, el nuevo trabajo de la banda británica, incide en la su línea de los últimos tiempos: mucho oficio, pero poca emoción

05 Oct 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Hace mucho tiempo que el verdadero valor de Coldplay en la escena pop global reside más en los espectaculares shows en vivo que realizan que en sus entregas discográficas. Como sus maestros U2, lanzan trabajos que, más allá de sumar algún tema suelto al grandes éxitos, no suponen pasos adelante. Desde luego, no pueden competir son sus obras magnas, como Parachutes (2000), A Rush of Blood to the Head (2002) y Viva la Vida or Death and All His Friends (2008). Pero, aún así, cada uno de sus lanzamientos tiene esa pompa que, en el caso de Moon Music, viene precedido del anuncio del final de sus grabaciones.

No se sabe cuándo, pero sí que la formación contempla solamente dos únicos elepés hasta completar la docena con la que cerrarán su trayectoria. «Solo hay doce álbumes y medio de los Beatles. Hay aproximadamente lo mismo de Bob Marley, todos nuestros héroes. Y tener ese límite también significa que el control de calidad es muy alto en este momento y que una canción lo supere es casi imposible, lo cual es genial», razonaba Chris Martin en una entrevista con el DJ neozelandés Zane Lowe en su programa de radio.

Entre esa chocante declaración, la presentación del disco en cines y el hecho de que, según el grupo, se trata del primer álbum del mundo hecho 100 % de plástico reciclado, ya han logrado que el foco se pusiera sobre ellos con triple de intensidad. Pero escuchando el material, la sensación vuelve a ser tan poco intensa como en los últimos años: un grupo tirando de oficio para construir temas donde se puede ver claramente su estilo de himno pretendidamente emocionante, los devaneos bailongos y alguna que otra desviación estilística. En ninguna de las vertientes hay grandes maravillas.

Tras una introducción de tono épico envolvente, casi de banda sonora, el disco muestra su espíritu: el de un Chris Martin «tratando de confiar en un mundo lleno de amor». Ahí aparece feelslikefallinginlove pidiendo plaza en su recopilatorio. Resulta imposible escucharla sin pensar en un estadio lleno de lucecitas. Más tarde, Good Feelings se presenta como candidata al tema con ascendencia funk del trabajo. Y, entremedias We Pray, reúne a Little Simz, Burna Boy, Tini y Elyanna sobre un rap de aromas orientales y cuerdas dramáticas. Con algún pasaje ambiental de por medio, la obligada balada a piano y caramelos como iAAM (otra que mira al éxtasis del directo) el disco se deja oír, pero sin llegar a calar de verdad nunca. Para eso hay que acudir al pasado. El de Yellow, In My Place y Fix You. El del corazón encendido y la emoción desbordada.


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