Así es el nuevo disco de Dani Martín: críticas a la música urbana, el postureo y la falsa felicidad de las redes sociales
Cultura
«El último día de nuestras vidas», muestra el lado más crítico y afilado del artista que reincide en los «pildorazos» guitarreros y las baladas románticas
29 Nov 2024. Actualizado a las 18:32 h.
Dani Martín, el cantante que en el 2005 cargaba contra los locales de copas de moda en los que no dejaban entrar a la gente con calzado deportivo, ahora dirige su rabia hacia mucha de la música que suena hoy en estos sitios. Han pasado 19 años desde aquel Zapatillas, cuando el pop-rock de guitarras era el lenguaje predominante en la gloria comercial. Ahora, no. El ciclón del reguetón y lo urbano ha empujado todo aquello a un segundo plano para las nuevas generaciones, creando unas fórmulas para lograr el éxito que hacen «vomitar» el madrileño. Desde su posición de veterano y símbolo del guitarra-bajo-batería, arremete contra la situación actual en su nuevo disco, El último día de nuestras vidas.
«Iros a tomar por el culo / Que vais de que ahora sois los que hacéis música popular / Iros a tomar por culo/ Estoy harto de ese ritmito que me hace vomitar», canta iracundo en el estribillo de Novedades viernes, una de las canciones del nuevo trabajo. El título apela al día de la semana en la que suelen hacerse los lanzamientos musicales en las plataformas digitales. Sobre gruesas líneas de bajo y guitarras rugientes, Martín describe cómo se fabrican los hits actualmente: «Sacar un single para petar / Lo toca, J Balvin, que suene en la radio y que lo haga Bizarrap / Un poco de autotune, estrofa pegadiza y en el medio siento un poco de rap / Qué puta pereza, novedades viernes, me suena todo igual». Incluso, introduce un ritmo de reguetón para interpretar sobre él: «En esa parte se os da muy bien, sobre esta base componéis como unos diez / Aquí decís lo que tenéis, habláis de oro, de los coches que no tenéis».
No es la onda urbana la única realidad contra la que choca Dani Martín. A sus 47 años proclama que «ya no se va a los bares a ligar, ahora se hace por Instagram» mientras describe cómo seduce en la era digital a base de fotos, likes, mensajes privados y emoticonos. Así lo canta en Me vuelves puto loco («Te pareces a Rosalía y yo al cantante de Cupido», describe) mostrándose más descriptivo que crítico. Donde sí lanza el dardo con intención es en Burning Man, una canción eufórica de aire beatle donde las guitarras explotan como el confeti en la fiesta de falsedad y postureo que cada día se celebra en Instagram y TikTok. «Cuanta tontería hay por aquí / Todo el mundo es coach y está feliz / Esa red social os va a destruir», proclama. Y, con unos eficaces coros de niños y una sección de viento detrás, le canta las verdades del barquero a esta generación: «Sean bienvenidos a la fiesta / Donde la mierda llegará al final /Podéis sacar vuestros cometas /Cantando: Welcome to Paradise».
Urgencia y reflexión
Decía Dani Martín en octubre, cuando lanzó el single El último día de nuestras vidas, que la canción respondía al estado vital de disfrutar el momento con toda su intensidad: «Quiero vivir cada día como si fuera el último. Amanece y hago de cada momento el último que fuera a vivir». Esa urgencia se plasma en el disco a través de pildorazos guitarreros de querencia punk-pop y toque sintético que escarban en una de sus bazas de siempre. Además de todas las citadas —que responden a ese canon— hay que citar Surfista, que sigue inmersa en los caminos confusos del cortejo digital («Cuatro likes y un mensaje privado / Pusiste un corazón y ahí nos quedamos/ No supe si seguir, si estaba molestado»).
Todo encuentra el contrapunto en las baladas románticas, otro de los baluartes de su repertorio. En este álbum hay piezas como Carpe Diem, Frank y El silencio que siguen el camino que otrora trazaron Cero, Puede ser y Que bonita la vida. Temas de vulnerabilidad sobre guitarras acústicas («vi tu mano sobre él y ahí me derrumbé»), teclas de piano («te cuesta ver desnudas mis partes imperfectas») y cuerdas («el silencio que empecé a oír me asfixia dentro») respectivamente. Junto a ellas, hay otros temas de aire fronterizo, como Perla perlita. Y un Malasaña en donde recupera el personaje de Lady Madrid de Pereza, para narrar otra historia de corazones que se buscan y se encuentra. Aunque esta vez en bares en lugar de redes sociales.
Son las diez nuevas canciones de Dani Martín, el artista que otrora desataba las iras de los sectores más roqueros por su supuesta falta de autenticidad. Ahora, sin embargo, ha articulado con nitidez en Novedades viernes un pensamiento muy habitual por esos lares. Y como la guerra hace extraños compañeros de cama, podría ser incluso aceptado como un aliado. El tiempo lo dirá.