La Voz de Galicia

Los 25 años de «Peces de Ciudad»: Pancho Varona reparte metadona a los sabineros en un concierto único en España

Cultura

Laura G. del Valle

Quien fuera el fiel escudero de Joaquín Sabina ofreció en A Coruña un concierto donde sonaron las canciones menos conocidas del de Úbeda

18 Jan 2025. Actualizado a las 21:34 h.

Es raro y confuso que tras un distanciamiento que dura ya más de dos años Pancho Varona alabe hasta la extenuación a quien fue su amigo del alma, Joaquín Sabina. Pero también sería raro y confuso que no lo hiciera, teniendo en cuenta que cada cierto tiempo gira por España recordando esos temas que compartió con ese amigo del alma. El concierto que el madrileño ofreció el viernes en A Coruña fue un homenaje explícito a la canción Peces de ciudad, que Sabina y Panchito compusieron el 17 de enero del 2000 en el hotel Bolívar de Lima.

Hace veinticinco años nacieron los versos de un tema que aún a día de hoy adquiere nuevos matices, diferentes significados, convirtiéndose desde que vio la luz en un himno sabinero por ser exactamente esa metadona que buscan sus fieles: una mezcla perfecta de belleza, melancolía y Desolation Row.

La excusa era más que válida. Pancho Varona ha dicho por tierra, mar y aire que A Coruña es su ciudad favorita. A donde viaja cada vez que puede y donde le espera una familia elegida inigualable. Tiene sentido entonces que el cumpleaños de Peces de Ciudad se celebrara en un Playa Club lleno hasta la bandera. Esta sala es vieja conocida para el madrileño, pues su escenario lo visitó infinidad de veces junto a la banda sabinera —grupo, por cierto, que se disolvió y ya sin Pancho Varona pasó a llamarse Benditos Malditos—.

El viernes el peso del concierto recayó sobre él, y esto tiene sus riesgos. Ni un solo músico, ni una sola desgarrada voz de mujer acompañaron a un Pancho Varona entregadísimo y al que el pueblo adora.

Tan solo en las últimas tres canciones —Y sin embargo, Calle Melancolía, Princesa— el público se dejó la garganta. En un concierto que era café para cafeteros y la ocasión idónea para convertir la cita en un auténtico karaoke, que temas como Medias negras, Oiga doctor o Conductores suicidas apenas se coreasen es sintomático de lo que estaba ocurriendo. Hacía falta más: por lo menos, una banda.

Lo mejor de las casi dos horas de concierto fue un repertorio donde no faltaron clásicos como Contigo, pero que sobre todo contentó al público porque, por fin, pudo escuchar en directo esas canciones que se pierden en la vasta discografía del de Úbeda. Así, sonaron Y ahora, Yo me bajo en Atocha o incluso la denostada 69 punto G.

Esta fue la carta de presentación del disco Dímelo en la calle, con el que en el 2002 Sabina competía consigo mismo tras el éxito sin precedentes de 19 días y 500 noches. Varona contó en el Playa que nació como una composición para Enrique Iglesias, que rechazó y por eso acabó en manos de Sabina. «Le cambió la letra casi entera, pero una estrofa suya es mejor que cualquier cosa que escriba yo». Varona celebró hasta la frase que reza «y los aladinos aladinan». Eso es amor.


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