El Breogán sonríe sin presión para visitar el mítico Palau

«¡Cómo se nota que no hay ninguna presión para el próximo partido!», exclamaba ayer un aficionado entre bambalinas al concluir el entrenamiento del Leche Río Breogán. Sonrisas, caras risueñas, bromas y hasta juegos para realizar el grito de guerra final de las sesiones han trufado los entrenamientos del equipo lucense mientras prepara el asalto imposible al Palau Blaugrana del domingo (19.00 horas). El triunfo ante el Caprabo Lleida, apuntalado desde un tercer cuarto brillante, ha abierto una semana distendida. El último partido del Liga dio paso a un excelente amistoso el martes ante el Club Ourense Baloncesto y a que la enfermería se quedase vacía por primera vez este año. «Ahora da gusto entrenar. Siempre lo he dicho: esté equipo demostrará lo que puede hacer cuando tenga a todos disponibles. Se gana en competitividad y se trabaja a un nivel más alto», comentó ayer el técnico celeste. La ausencia de presión por segunda vez este año -el anterior fue ante Unicaja- también juega a favor de este estado de ánimo. «En la Liga hay partidos como éste en el que saldremos a disfrutar en una pista mítica, a hacer nuestro partido sin salirnos del guión e intentando forzar errores en donde ellos puede tener problemas», dijo García. Pero no todo es tan fácil. El equipo también tiene responsabilidades, como no fugarse cuando el cuadro azulgrana intente pasar el rodillo. Ocurrió el año pasado, cuando el Breo alcanzó una ventaja de dieciséis puntos al descanso en el Palau y de catorce en el Universitario, y acabó hincando la rodilla; o esta misma temporada, cuando el Granada vencía por quince puntos y acabó aplastado. «Firmaba ahora mismo estar con diecisiete puntos de ventaja el domingo, pero pueden ir veinte abajo y dar la vuelta al marcador en segundo, porque cuando defienden tienen una marcha más que el resto», finalizó García.