La Voz de Galicia

David, en escocés Fernández

Deportes

Alexandre Centeno a coruña

02 Jun 2003. Actualizado a las 07:00 h.

Sorprendió en el Dépor de Toshack, pero tuvo que hacer las maletas para triunfar. Ocho años después de darse a conocer en A Coruña, David Fernández Miramontes es respetado en el Celtic. Los que no siguen en A Coruña el trofeo de futbito Liceo La Paz ni el Fabril, lo descubrieron en la temporada 95/96 de la mano de John Benjamin Toshack. Fue el año en el que David Maradona -como se le conocía en el fútbol bajo techo- ascendió al primer equipo y en el que marcó goles importantes que todavía recuerda -«el primero, ante la Real, es el que más grato recuerdo me deja», recuerda-. Enseguida encandiló a la afición con su elegante y rápido regate y la facilidad que mostró para golear. Pero los tiempos difíciles llegaron y tuvo que emigrar. Sevilla, de nuevo Fabril, Toledo... Hasta que hace tres años llegó la posibilidad de una aventura en Escocia. Allí se marchó a experimentar en el Airdrie. «Era un reto. Lo pensé mucho y me di cuenta de que había que tirar para delante o me estancaría. Creo que acerté». Fue el trampolín hacia el Livingston, club en el que se convirtió en una estrella. «Aquello era tremendo. La gente paseaba por la calle con camisetas de la selección española y mi nombre detrás. Me costó habituarme a tanta fama, pero el cariño siempre es bonito», recuerda el delantero coruñés. Pero para sorpresas ver el nombre que lucían las elásticas y por el que se conoce al ex deportivista en Escocia. David, en su país de adopción es Fernández, algo que no le agrada, pero con lo que convive. «En el Airdrie no ponía el nombre en las camisetas, aunque me llamaban Fernández. Cuando llegué al Livingston y ya había que marcarlo, dije que me pusieran David, pero llegué tarde. Ya las tenían serigrafiadas con el apellido. No es que me agrade, pero tampoco es el fin del mundo», admite con una sonrisa. No es un inconveniente para que David, que estos días veranea en A Coruña a la espera de que nazca su segunda hija, sea feliz. «Estoy muy contento. Me siento como si en España militara en el Madrid. Ahora mismo no cambiaría el Celtic por nada del mundo. El único inconveniente es que he jugado poco esta temporada, pero el míster me dijo que el año que viene será otra cosa». Ilusión no le falta pese a que milita en un fútbol que no va muy acorde a sus características: «Hasta ahora he tenido fortuna, porque a los equipos en los que he militado les gustaba jugar al fútbol. En el Celtic no es así, pero poco a poco voy adaptándome», explica. Un balompié diferente, una rivalidad histórica y un periodismo que lo asombra por su sensacionalismo es lo que vive David en el subcampeón de la UEFA: «La diferencia entre los hinchas del Celtic y los del Rangers traspasa las fronteras del fútbol, es religiosa. Por eso sería un pecado que un jugador abandonase su equipo por el eterno rival. Es algo bonito de vivir». Pero por muy bien que se encuentre, David no se olvida, ni de su Coruña ni de su gente: «Es algo que siempre está ahí. Mis amigos, mi familia... Y, por qué no, tomarse una cervecita en una terraza, ya que en Glasgow si te sientas no te levantas. Te quedas congelado. Pero es acogedor».


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