Camacho: «Nunca entré en el vestuario con un látigo»
Deportes
El nuevo técnico del Madrid apela a la responsabilidad de los futbolistas
25 May 2004. Actualizado a las 07:00 h.
José Antonio Camacho aseguró en su presentación como nuevo técnico del Real Madrid para las dos próximas temporadas que, pese a que el rasgo que más ha destacado el presidente Florentino Pérez a la hora de ficharle ha sido su autoridad, no llega con un látigo en la mano, sino convencido de hacer entender a los jugadores las exigencias que deben cumplir. «Tengo mi manera de ser y de dirigir y lo de la autoridad no hay que decirlo porque eso los futbolistas lo ven en el trato diario. Nunca entré en el vestuario con un látigo, cada uno tiene su responsabilidad», destacó Camacho. Así, bromeó al ser cuestionado sobre algún futuro enfrentamiento con sus nuevos jugadores, como Ronaldo, al que se le critica su sobrepeso: «Pero a Ronaldo, qué le han dicho, ¿que viene el coco? Lo que tiene que hacer es correr, trabajar para el equipo y meter muchos goles». Camacho reconoció que el Madrid y él mismo han cambiado mucho desde que se retiró como futbolista: «Estoy nuevamente en mi casa, vine cuando era niño y vuelvo siendo un hombre. Es el Madrid de siempre, pero se ha transformado totalmente. Llego con una ilusión enorme y ganas de trabajar para que el Real Madrid sea en número uno y un ejemplo en todo el mundo». Para ello, lo primero es lograr que los jugadores levanten el ánimo y recuperen el juego del primer tramo de la temporada. «Zidane, Raúl, Ronaldo o Figo están y son, y no se han olvidado de jugar. Lo que hay que hacer es sacar lo máximo de cada uno en lo que sabe porque no todos se tienen que sentir Zidane o Raúl», recalcó el entrenador, quien se marcó como objetivo lograr que esos mismos futbolistas que hace unos meses disputaban las tres competiciones «puedan llegar hasta el final», deseó. Para Camacho, aún es pronto para hablar de cambios en la plantilla, incorporaciones, bajas o posibles giras de pretemporada, porque «todo está ahora encaminado a la eliminatoria previa de la Liga de Campeones del mes de agosto (10 u 11, el partido de ida). Por eso, trató de eludir los nombres propios al ser cuestionado por la posible marcha de Roberto Carlos -«es un jugador de la plantilla y queremos a todo el que quiera estar aquí», dijo- o la llegada de Fernando Morientes, a quien sólo quiso «desearle suerte para que gane la final antes de hablar de sus inquietudes».