Severiano Ballesteros, ingresado tras perder la consciencia
Deportes
El ex golfista, de 51 años, está en una situación estable.
06 Oct 2008. Actualizado a las 20:36 h.
Severiano Ballesteros, el mejor golfista español de todos los tiempos, se encuentra ingresado en el Hospital Universitario La Paz de Madrid tras haber sufrido un «cuadro de mareo y pérdida de consciencia de escasa duración», según la escueta información remitida desde el centro clínico. Al maestro de Pedreña (Cantabria), de 51 años, se le practicaron a lo largo de este lunes las «pruebas diagnósticas habituales y su situación es estable», detallaron fuentes hospitalarias, que rehusaron ofrecer más información sobre el proceso clínico del paciente por expreso deseo de sus familiares.
Esta crisis le sobreviene al gran Seve quince meses después de que comunicase en Carnoustie su retirada del golf profesional. «Ha sido la decisión más difícil de mi vida», confesó entonces Ballesteros, que durante muchos meses padeció una lucha interna entre la razón, que le animaba a decir adiós, y el corazón, que le pedía seguir en competición. Ballesteros negó entonces, el 16 de julio del 2007, que el anuncio de colgar los palos tuviera algo que ver con sus problemas de salud, y desmintió las informaciones de algunos medios que aseguraron que había intentado suicidarse con una sobredosis de pastillas tras el fallecimiento de su novia. Su mánager y sobrino, Iván Ballesteros, dijo a la prensa británica que su tío había recibido tratamiento por una taquicardia.
Seve se declaró una persona «muy, muy afortunada», porque durante 30 años de brillante trayectoria pudo viajar por todo el mundo, conocer gente y sentir el placer de competir y la gloria de ganar. En octubre del pasado año acudió a un foro de la Fundación Pedro Ferrándiz, donde se le hizo entrega del Quijote de Plata por toda su carrera y éxitos deportivos, y avanzó que en su autobiografía contaría todo lo bueno y malo de su vida.
«A mis 50 años sigo aprendiendo y haciendo cosas que no pude con 16, una de ellas divertirme y disfrutar de mis hijos», reflexionaba Ballesteros, que en sus tiempos de grandeza conquistó tres Abiertos británicos (1979, 1984 y 1988) y dos Masters de Augusta (1980 y 1983), además de capitanear el equipo europeo que ganó la Ryder Cup en 1997. Estaba mal pero no descartaba regresar «como los toreros». Un año después, vuelve al hospital.