Mosquera pisa el podio
Deportes
12 Sep 2010. Actualizado a las 02:00 h.
En Peña Cabarga a Ezequiel Mosquera le esperaba el tercer peldaño del podio. A Purito Rodríguez, el triunfo. Y a Nibali, el liderato. El italiano heredó la primera posición del infortunio de Igor Antón. El jefe de filas del Euskaltel se cayó justo antes de la ascensión final. Fue el epicentro de un terremoto que se comió a varios corredores. En ese amasijo quedó varado el vasco, con su codo derecho fracturado. Y el rojo de su sangre se comió al rojo del maillot de líder.
La Vuelta le niega una etapa a Mosquera. Y le regala desgracias a Antón, que hace dos años también se fue al suelo en el descenso del Cordal, antes del Angliru, cuando optaba al podio. «Una pena. Fue impactante. No me lo podía creer. Empezaron a saltar bicis en el centro del pelotón. Se me puso la piel de gallina. Al menos, tenía a Ezequiel delante y sabía que no se había visto afectado», cuenta David García. «Fue justo a mi lado. Íbamos muy rápido. Creo que había una piedra en el asfalto. Escuché un pequeño topetazo, vi algo volando y un corredor ya estaba descompensado. Me fui apartando, porque veía a los ciclistas cayéndose en diagonal, avanzando hacia mí, pero pude librar», comenta Gonzalo Rabuñal.
Pero el tudense Gustavo Rodríguez y el ruso Vladimir Isaychev, también del Xacobeo Galicia, acabaron el en suelo. El primero cayó sobre blando, encima de otro corredor. El segundo sufrió abrasiones. «Vi la bicicleta de Antón en el suelo y salté por encima, pero la rueda trasera se me enganchó al manillar y también perdí el equilibrio, pero no tengo nada importante. Me caí como una bola. Pim, pam y otra vez de pie», relata Isaychev.
Mientras Antón rumiaba sus heridas junto a Egoi Martínez, también accidentado, comenzaba la batalla de Peña Cabarga. Antes, el Caisse d'Epargne había movido sus piezas. Por entonces no habían perdido a Bruseghin y Urán, también involucrados en la caída. Los corredores de Unzué tensaron la carrera en El Caracol, penúltimo ascenso, y atacaron con David Arroyo y Luis León, aunque sus aventuras tenían fecha de caducidad.
Pero después de la criba de la caída fue el puerto de Peña Cabarga el encargado de señalar a los favoritos. Varios hombres fuertes. Ninguno invencible. Kreuziger tiraba del selecto grupo, por delante de su líder, Nibali. Con ellos, Mosquera, García, Purito Rodríguez, Tondo, Frank Schleck, Nicolas Roche y Moncoutie. Y el marinense García, que ya había tenido un arranque anterior, atacó a falta de 1,7 kilómetros. «Pensé que los gallos se quedarían atrás, marcándose, vigilándose». Pero Nibali se fue a por él. Solo y extraordinariamente ligero. Y lo superó. Parecía que el siciliano iba directo al triunfo cuando saltó del grupo Purito, que en el inicio de la ascensión parecía empeñado en hacer la goma. Mientras el catalán superaba a García y a Nibali, Mosquera dejaba atrás a sus acompañantes. La ruta de Purito sí llevó hacia el triunfo. Porque Nibali acabó sufriendo. Y la de Mosquera condujo hasta la tercera posición de la etapa, muy cerca del italiano, y al tercer escalón de la general.
Sin Antón sigue la lucha. Hoy será en los lagos de Covadonga, que marca el final de una etapa de 187,3 kilómetros. El único puerto de la jornada cuenta con 12,5 kilómetros a un desnivel medio del 7%, y el terrible tramo de La Huesera. Otro día para agitar la clasificación.