La Voz de Galicia

Así, así, así las ganó Mou

Deportes

rubén ventureira a coruña / la voz

29 Apr 2011. Actualizado a las 06:00 h.

«Fuimos perjudicados, no se nos trató con justicia». Palabra de Javier Irureta el 4 de mayo del 2004. El Dépor acaba de ser eliminado en semifinales de la Champions por el Oporto tras dos polémicas actuaciones arbitrales. Mou no dice ni mu.

27 de abril del 2011. El Madrid queda virtualmente apeado de la Champions en semifinales tras perder 0-2 en la ida contra el Barcelona. Mou, técnico blanco, cuestiona en rueda de prensa la limpieza de los triunfos del Barça y exalta las dos Copas de Europa «limpias» que logró él. En un caso de amnesia interesada, se olvida de que las orejudas que consiguió con el Oporto y el Inter tienen la oscura mancha de la sospecha arbitral.

El 21 de abril del 2004, el Dépor disputó en Oporto la ida de las semifinales. El árbitro fue Marcus Merk, alemán como el que pitó el miércoles en el Bernabéu. Antes de la media hora, siete jugadores del Dépor habían recibido atención médica fruto de la brutalidad lusa y solo dos lusos habían visto tarjeta. Una de ellos, el hoy madridista Carvalho, quien realizó una brutal entrada a Manuel Pablo que le costó una tarjeta al central... y otra, por una leve protesta, a Mauro Silva, que se perdía así la vuelta. «Habíamos visto vídeos de ellos -recordó ayer Irureta-. Como hace el Madrid ahora, cada vez que les pitaban una falta en contra iban cinco a protestar al árbitro, dirigidos por Jorge Costa, el capitán. Así lo hicieron contra nosotros y Merk los dejó. Había dicho a mis jugadores que no entrasen en ese juego, que solo fuese Mauro, que era el capitán. Y la primera vez que fue le sacaron tarjeta...».

La dureza lusa la pagó Luque, que tuvo que ser sustituido en el minuto 44 tras una dura entrada de Paulo Ferreira, por supuesto sin sanción. En la segunda mitad, Merk omitió un penalti sobre Fran y quizá uno cometido por Mauro. En el minuto 87 llegó la acción más recordada. Andrade dio una patada de broma a Deco y el árbitro lo expulsó. «¡Pero si el coche de Deco se lo había vendido Andrade! ¡Pero si sus mujeres eran íntimas!», recuerda Jabo. Eran muy amigos. «¡He is my friend!», le gritó Andrade al árbitro inútilmente.

El Oporto tenía siete apercibidos y ninguno vio tarjeta. El Dépor se quedó sin Mauro por acumulación de amonestaciones.

Con su sesgado prisma, Mourinho ¡criticó a Merk! en la rueda de prensa: «Si en Riazor nos pitan así, nuestro equipo quedará eliminado». «Mourinho lloró, pero el perjudicado fue el Dépor», replica hoy Irureta. «Yo no lo sé, pero un acreditado periodista deportivo me ha dicho que lo de aquel día fue una encerrona. Tiempo después, el presidente del Oporto fue acusado de cosas muy feas», añade Jabo. Pinto da Costa fue sancionado en el 2008 por tratar de comprar a los árbitros de sendos partidos de la Liga lusa de la temporada 2003-2004.

Tras el 0-0 de la ida, el Dépor afrontó la vuelta, el 4 de mayo, sin Mauro y sin Andrade. «Casi peor que la injusta roja de Andrade fue que la UEFA no le retiró la sanción y lo castigó con un partido», apuntó ayer Fran. A los 25 minutos de partido el Oporto llevaba 12 faltas y el Dépor, solo una, pero el único con amarilla (muy rigurosa) era Naybet. Collina no vio sendos penaltis a Scaloni y Pandiani en el área lusa, pero sí una pena máxima de César sobre Deco, que supuso el 0-1 definitivo: «Pudo ser penalti o pudo no serlo», precisa Irureta. En el minuto 69, Naybet recibió su segunda amarilla (esta sí, justa) y el Dépor se quedó con diez, como en la ida, y también como le pasa siempre al Madrid (para lloro de Mou) contra el Barça.

«Que Mourinho repase los vídeos de aquella eliminatoria del 2004. Los árbitros te dan y te quitan. Lo suyo son excusas de mal perdedor para ocultar lo que él hizo mal contra el Barça», considera Fran.


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