España divisa las semifinales
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David Ferrer disfrutó de un duelo sosegado ante Andreas Haider Maurer, resignado a su suerte
06 Apr 2012. Actualizado a las 19:23 h.
Nicolás Almagro y David Ferrer dejaron a España a orillas de la semifinal de la Copa Davis después de solventar por la vía rápida los enfrentamientos ante Jurgen Melzer y Andreas Haider Maurer, que pusieron a Austria a un paso del adiós en la competición.
El conjunto centroeuropeo se resignó a su suerte en cuanto Melzer, su principal -y casi único- argumento, salió malparado del enfrentamiento contra Almagro (6-2, 6-2 y 6-4). En menos de tres horas y media quedaron liquidados los dos enfrentamientos.
Austria no sumó mas que 13 juegos entre ambos partidos. Ferrer tumbó a Haider Maurer por 6-1, 6-3 y 6-1. España ya contempla una una empresa mayor, ante el ganador del choque entre Francia y Estados Unidos, del 14 al 16 de septiembre próximo, en plena defensa de la corona conquistada el pasado año.
El triunfo de Nicolás Almagro marcó la jornada. Las escasas bazas visitantes pasaban por el éxito de su número uno. Pero el jugador de Viena fue incapaz de mantener el tipo. De hacer frente a la situación y al partido.
La amenaza de lluvia fue la única que planeó sobre la pista de Marina D'Or. Melzer nunca inquietó al murciano, que creció a medida que el partido ganaba minutos. El zurdo austríaco, 21 del mundo, nunca cuestionó el saque del español. Excesivamente errático, con fallos a los que está poco habituado, el tenista de Viena firmó su condena en el partido.
«Queda aún mucho. Está claro que ganar el primer punto ayuda y estamos un poquito más cerca. Es verdad que el partido de la eliminatoria podía ser este y se ha ganado», reconoció el español.
«He jugado un partido bastante completo. En todo momento he hecho lo que he trabajado. He jugado con altura y peso para que él no estuviera cómodo y no pudiera hacer su tenis. Estoy feliz por el partido que he jugado».
El triunfo de Almagro restó tensión al resto de la jornada. David Ferrer disfrutó de un duelo sosegado ante Andreas Haider Maurer, resignado a su suerte. Condenado desde el principio. Incapaz de poner en cuestión el absolutismo de su rival. El choque de cuartos queda visto para sentencia.
El número cinco del mundo subrayó la enorme distancia con su adversario, más allá de las cien primeras raquetas del circuito (139), y sumó su tercer triunfo seguido como local, que afianza su condición de invicto cuando juega en casa.
De entrada, Ferrer tomó carrerilla. Cinco juegos seguidos. Haider Maurer aprovechó el parón para ser atendido de molestias en el pie izquierdo.
«Ha sido más fácil de lo esperado. Andreas Haider Maurer ha cometido muchos errores. No me voy ni con muy buenas ni con malas sensaciones. Lo mejor, la victoria», dijo Ferrer. «El partido pasaba por jugar rápido y por intentar que el austríaco no cogiera ritmo.
Él no ha estado a la altura. He intentado no dar puntos gratis», apuntó Ferrer tras el partido, que no alcanzó la hora y media de juego.
Austria, que ha ofrecido en la jornada inicial menor resistencia que Kazajistán en la eliminatoria de primera ronda, en Oviedo, se queda sin argumentos para mantener el amparo en el factor sorpresa y ampliar su historia. El paso por los cuartos de final, que no alcanzaba desde hacía 17 años, prevé un devenir efímero. Se aferra al dobles del sábado el equipo centroeuropeo, para dilatar su despedida. A lo largo de su historia nunca ha levantado un 2-0 en contra.
A España el guión le salió perfecto. «El primer partido marcaba bastante la dinámica de la eliminatoria. Almagro ha estado muy bien y sólido. Ha tenido temple y ha ganado con claridad. En el segundo encuentro, el problema de Austria es que tenía a David enfrente. Hay que reconocer la predisposición de Ferrer, que ha puesto ganas, disciplina y concentración», señaló el capitán, Alex Corretja.
El choque de cuartos queda visto para sentencia. El partido de dobles, donde España mantiene la incógnita de Marc López, con una lesión lumbar, puede dejar resuelto el duelo y sin trascendencia la última sesión.