Javi Poves: «He tenido compañeros que por jugar en el Real Madrid les regalaban el Bachillerato»

Ha renunciado al sueño por excelencia de todos los niños. Y también al de muchos adultos. Esa es su gran etiqueta. Javi Poves es famoso por haber colgado las botas tras su debut en Primera división. Con un horizonte repleto de éxitos y millones, y todo lo que esto conlleva, abandonó el fútbol con 24 años. El motivo que en su día expuso al presidente del Sporting de Gijón y al entrenador Manolo Preciado, hace ya dos temporadas, fue muy sencillo: «Va contra mis principios morales». «Cuanto más dinero ganaba, más me alejaba del fútbol», asegura en una entrevista a El Comercio.

Javi Poves, que mientras entrenaba al más alto nivel se comía la cabeza con Israel y Palestina, preparó una maleta y se lanzó. Desde entonces pasó largas temporadas en Senegal, México, Cuba, Venezuela, Paraguay, Siberia, Perú... por supuesto, sin pisar hoteles de cinco estrellas, esos que tanto aborreció durante las concentraciones con el Sporting. El último país que visitó ha sido el que más impacto le provocó. Se está planteando quedarse a vivir allí. Es Irán, el país de su gran ídolo: El Ayatolá Jomeini. En los planes a corto plazo está su conversión al Islam. Y que se plantearía alistarse en el Ejército en caso de un ataque exteriror de Israel

Javi Poves se define como una persona «curiosa». Está matriculado en Historia, pero con calma. No cree demasiado en el sistema educativo español: «He tenido compañeros que por jugar en el Real Madrid les regalaban el bachillerato».

Este defensa retirado no entendía como sus compañeros en el Sporting afirmaban «no poder vivir con menos de 5.000 euros al mes». Hoy Javi Poves vive de sus ahorros y del alquiler de un piso que tiene en propiedad en Lavapiés. Además, ayudó a montar a su madre y a su hermana un pequeño comercio de alimentos ecológicos cerca de la Puerta de Toledo, en Madrid, la ciudad en la que nació.