La dulce «vendetta» del Olivo

El Victoria despertó a la bestia. Hace cuatro jornadas, cuando infligió al Olivo su primera derrota de la temporada (3-1), espoleó a un equipo que desde entonces se ha ido tomando lentamente la revancha de ese traspiés con sus siguientes rivales. Una «vendetta» domingo tras domingo que se escribe con tres goleadas consecutivas que en el cómputo global arrojan un 25-0 imposible de rechistar.

Ayer, ante el Gijón, las de Juan Carlos García ofrecieron otro de sus recitales goleadores. Endosaron un 9-0 -4 goles de Sara, 3 Lombi y 2 de Nati- a las asturianas, que se movían por la zona templada de la tabla. Ese marcador llegaba después de los 8-0 que las viguesas firmaron frente a Erizana y Compostela, y que sirvieron para dejar claro cuál era la terapia olívica frente al disgusto del Victoria.

Desde el inicio de la campaña el Olivo fue devorando rivales semana tras semana. Casi sin despeinarse, la maquinaria ofensiva viguesa sentenciaba a los adversarios, hasta el punto de que el equipo cayó en una cierta autocomplacencia que desembocó en la única derrota del curso. Fue como un jarro de agua fría que devolvió al suelo los pies de un equipo que desde entonces ha entendido que sin trabajo no hay recompensa.

La seriedad y el empeño de inicio a fin se han apoderado de un equipo que no quiere que se le escape la fase de ascenso a Primera. Las viguesas han tomado nota de su único traspiés del curso, y se han propuesto defender el liderato con uñas, dientes y goleadas. De entrada, ya duplican en goles a todos los equipos de su grupo, excepto al segundo clasificado. Y no van a parar.