La Voz de Galicia

Reuniones en gasolineras, el calor de España y millones en empresas de su entorno

Deportes

11 Dec 2014. Actualizado a las 05:00 h.

En el profuso informe de la Usada que desmoronó el mito de Lance Armstrong se documenta a través de numerosos testimonios del entorno del tejano cómo se dopaba, no solo él, sino todo el equipo US Postal, y cómo Michele Ferrari era el encargado de supervisar todo el plan para incrementar de formar artificial el rendimiento de los corredores. Frankie Andreu y su esposa Betsy, por ejemplo, fueron testigos de una cita de Armstrong con Ferrari en una gasolinera a las afueras de Milán. El lugar escogido extrañó a Betsy que preguntó por ello en el coche que compartían con el matrimonio Armstrong. «Así evitamos que los periodistas lo molesten», asegura Betsy que le contestaron. Lance entró en la caravana de Ferrari y regresó una hora más tarde. «Mis valores están perfectos», dicen que soltó al subirse de nuevo en el automóvil.

La relación entre Ferrari y Armstrong había comenzado poco antes de que este sufriese la lacra del cáncer y se fortaleció tras la enfermedad. En 1998, se fue a Ferrara, la localidad natal del médico, para preparar su retorno a la carretera. Un año más tarde, Armstrong consiguió el primero de sus siete Tours consecutivos. Durante sus temporadas de gloria, el norteamericano halló en la nula persecución del dopaje en España el entorno perfecto para continuar con su plan. Girona o Tenerife fueron refugios habituales del US Postal, donde Armstrong orientó a sus compañeros para que contratasen los servicios de Ferrari. La Usada constató pagos millonarios a empresas relacionadas con el médico, que siguió en activo tras el adiós de Armstrong. Ahora Italia persigue con ahínco el rastro oscuro de sus generosas ganancias.


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