Cristiano Ronaldo contestó con un «fodanse» a los silbidos de la afición del Bernabéu
Deportes
El portugués se ha convertido en uno de los señalados por la afición que acude al estadio del Real Madrid, junto con Ancelotti, Bale y Casillas
17 Mar 2015. Actualizado a las 10:52 h.
El estadio Santiago Bernabéu se ha convertido en territorio hostil para el propio Real Madrid, cuyo entrenador y estrellas conviven desde hace varios partidos con los abucheos. El coliseo blanco vivió el domingo episodios casi surrealistas que probaron el desencanto que vive la hinchada del Real Madrid con su equipo, cuyo juego y resultados han empeorado claramente desde comienzos de año, después de un electrizante final del 2014.
Todo comenzó media hora antes del inicio del partido, cuando salió el arquero Keylor Navas a calentar. El costarricense, apenas utilizado esta temporada, asistió perplejo a los silbidos que le dedicaron parte de los poco más de 2.000 hinchas que entonces ya habían ocupado sus localidades. Después llegó la presentación de las alineaciones. El técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, se llevó su ración habitual de abucheos. Luego hubo pitos para dos de sus grandes estrellas, Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Y, finalmente, el arquero reserva en el encuentro, Iker Casillas, también sufrió la ira de buena parte del estadio.
La sesión de silbidos no acabó ahí, pues durante el partido también se reanudaron los reproches. Y eso provocó la reacción airada de varios jugadores. El gesto de Gareth Bale tapándose los oídos con sus manos en el primer gol quedó en nada comparado con la actitud de Cristiano Ronaldo. A la estrella del del Real Madrid no le gustaron las críticas de la afición y tras plantarse con las manos en la cintura y con una mirada desafiante, Cristiano Ronaldo espetó un «fodanse» a la vez que movía su cabeza con un gesto de incomprensión.
Pero los feos gestos del portugués no quedan solo en esa frase dedicada a la afición. La estrella del conjunto blanco no celebró con la efusividad que suele acostumbrar el primer gol de Gareth Bale y mientras el resto de sus compañeros sí lo hacían, Cristiano se quedó en el suelo realizando aspavientos hacia nadie y lamentando la ocasión que acababa de fallar. En el segundo gol sucedió más de lo mismo. El galés tocó ligeramente y desvió la trayectoria del chut del portugués y el balón terminó en el fondo de la red, para suerte de Bale y enfado de Cristiano Ronaldo.
El último capítulo de la mala sintonía entre el luso y la afición se produjo al término del encuentro. Al igual que había pasado ante el Schalke, el capitán del equipo (ante el Levante fue Sergio Ramos) pidió a los jugadores que lo acompañasen al círculo central para saludar a la grada. Sin embargo, Cristiano Ronaldo esperó junto a la banda los últimos momentos del partido y se metió en el túnel de vestuario en cuanto escuchó el pitido final
Divorcio entre la afición y el equipo
En este extraño clima afronta el Real Madrid el tramo final de la temporada. De nada sirvieron los recientes llamados a la unidad. El presidente del club, Florentino Pérez, el único que de momento permanece libre de abucheos, convocó el jueves de urgencia a la prensa para intentar atajar las críticas. «La unidad debe ser nuestra fortaleza ante las críticas. Pido a la afición que apoye a los jugadores y al entrenador. Lo necesitan. Esa es nuestra fortaleza. Y el apoyo es más importante cuando más lo necesitan. La junta está orgullosa del entrenador y de los jugadores», dijo.
A tenor de lo visto el domingo, su discurso tampoco caló en los hinchas. La cuestión es ver qué recorrido tendrá el divorcio que actualmente se vive entre equipo y afición, y más teniendo en cuenta que el Real Madrid se juega el domingo ante el Barcelona buena parte de sus opciones en la Liga española.
Paradojicamente, es probable que los jugadores agradezcan jugar el clásico lejos de su estadio, del ruido y de los reproches a los futbolistas. Más a largo plazo, habrá que ver cómo afectan los abucheos en ciertas estrellas del equipo. Particularmente en Cristiano Ronaldo, un futbolista especialmente sensible a las muestras de desafecto y que anunció a los periodistas que no volverá a hablar públicamente hasta el final de temporada.