Los sobres sin control de Villar
Deportes
El pago por asistencia a las juntas directivas de la federación se hace con generosidad, pero sin rigor
06 Mar 2016. Actualizado a las 11:46 h.
Más de cuarenta personas se reparten a lo largo de la inmensa mesa de caoba. Villar habla y el resto atiende, o lo aparenta. Mientras, un administrativo va de asiento en asiento con un sobre en la mano, que entrega a cambio de una firma. Es el pago de los presuntos gastos de cada cual por desplazarse hasta Las Rozas, sede de la Federación Española de Fútbol. Todo normal, si no fuera porque, a poco que se rasque, se descubre cómo funcionan las cosas que dirige Villar: de aquella manera. De una manera que no se caracteriza precisamente por el rigor ni el control económico.
Mastodóntica junta
Villar ha creado una mastodóntica junta directiva de más de sesenta personas. Una barbaridad para un órgano que no tiene capacidad de decisión, solo de asesoramiento. Sobre los cambios reglamentarios decide la comisión delegada; sobre los estatutarios, resuelve la asamblea. La junta directiva se reúne una vez al mes y en ella casi nunca se trata ningún asunto relevante. De hecho, el orden del día viene siendo un corta y pega de juntas anteriores, que no permite saber de verdad de qué se va a hablar en la misma.
¿Quién es miembro de la junta? Quien Villar quiera. En la misma se encuentran todos los presidentes de territoriales, que son la guardia pretoriana de Villar, numerosos presidentes de clubes y también expresidentes cuya presencia sorprende a más de uno. Por ejemplo, nos encontramos con tres exdirigentes del Betis, como Miguel Guillén, Domínguez Platas y Ollero; uno del Zaragoza, Eduardo Bandrés; del Valencia, Manuel Llorente; Astiazarán, que es vicepresidente y que fue presidente de la Liga y de la Real Sociedad; el controvertido Joan Gaspar, ex del Barça; Vega Arango, del Sporting y Lendoiro.
Nunca van los 63 miembros, pero también es difícil que asistan menos de cuarenta o 35. No se suele votar: «¿Alguien en contra?», suele zanjar Villar. Todos callan normalmente. Y todos tan contentos. Saben que están en un teatrillo que no les compromete y que le permite al presidente federativo hacer ver que goza del respaldo de la junta.
La tontería de las juntas le sale por un dinero a la federación. Si los datos que recoge la propia entidad son ciertos, en el 2013 se gastaron casi 360.000 euros en reuniones de la junta, mientras que un año después fueron 270.000.
¿Y cuánto y cómo se paga a los directivos? Según han confirmado a este periódico directivos y exdirectivos de diferentes puntos de la geografía española, la federación calcula para cada cual lo que podría suponer un desplazamiento en avión desde su localidad. Hay desplazamientos desde todas partes de España. Y nada de clase turista. Se estima para cada uno lo que costaría un billete en clase business. Desde Santiago, por ejemplo, cuesta más de seiscientos euros. A ello, habría que unir el coste de una noche de hotel y las posibles comidas, más una dieta. «Cada caso es diferente, pero no es extraordinario que en el sobre que reparte el administrativo alrededor de la mesa de caoba contenga más de ochocientos euros», expone un directivo que prefiere mantenerse en el anonimato.
«Nadie lo controla»
Lo curioso es que no se requieren recibos, ni justificante alguno. El dinero se cobra igual, haya viajado o no en business el directivo de turno, se haya alojado o no en un hotel o se haya pagado su comida o no. Incluso se dan casos en los que el directivo ya se encontraba en la capital por otros asuntos y otros en los que varios dirigentes deciden ir juntos en coche. «Nadie lo controla. Paga la federación y a todos les parece normal. Nunca nadie se ha planteado que el dinero de la federación debería ser mejor administrado», apunta un dirigente.
Lo mismo que sucede con la junta directiva, se puede aplicar a los diferentes comités, alguno de las cuales está formado por más de veinte personas: Fútbol sala, fútbol femenino, fútbol playa y fútbol aficionado. El sistema es el mismo.