La sangre de la operación Puerto conocerá su futuro este mediodía

El director de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (Aepsad), el ferrolano Enrique Gómez Bastida, aseguraba a finales de mayo en una entrevista en La Voz que si la Audiencia Provincial de Madrid se pronunciase en contra de facilitar las bolsas de sangre de la operación Puerto a la justicia deportivo, el golpe sería difícil de encajar. «No hay nada peor que cerrar las cosas en falso. Alimenta las sospechas y perjudica a los deportistas que compiten de una forma limpia», señalaba. Este mediodía, en torno a las 12.30 horas, está previsto que se dé a conocer el auto de la sección primera del tribunal relativo a los recursos sobre la sentencia de la juez Julia Patricia Santamaría en la que se ordenaba la destrucción de las 211 bolsas requisadas durante el mayor golpe al dopaje en la historia de España.

De todos modos, en el caso de que el pronunciamiento de la Audiencia fuese favorable, no habría ninguna sanción, porque la mayor parte de los expedientes ya han prescrito. Sería una cuestión más encaminada a un señalamiento social que efectiva en el plano deportivo. Y es en este punto donde los juristas también ven un punto flaco para que se permita cotejar el ADN de estas muestras con el que tienen las diversas agencias antidopaje europeas.

En las últimas semanas, después de que se cumpliesen diez años de la operación Puerto, numerosos deportistas españoles se pronunciaron a favor de que se permitiese su uso por las autoridades del deporte. Incluso se llegó a emprender una campaña de recogida de firmas. En eso sí que no hay ninguna duda. La concienciación en relación al dopaje se ha incrementado exponencialmente en esta década. España parece que ha dejado de ser el paraíso en el que se refugiaba Lance Armstrong cuando quería ponerse a tono antes del Giro y del Tour. La epo, las transfusiones autólogas o la hormona de crecimiento corrían sin control.

Pero no sólo en el ciclismo había instalado sus tentáculos la red dirigida por Eufemiano Fuentes. En la investigación incluso se llegó a constatar el interés de un boxeador por sus servicios. De lo que se trata hoy es de saber si el deporte español va a poder algún día descansar en paz.