La Voz de Galicia

Los nadadores americanos se inventaron el asalto a punta de pistola

Deportes

Efe

Ryan Lochte y sus compañeros destrozaron una gasolinera tras una noche de fiesta. James Feigen donará 10.800 dólares tras el escándalo

19 Aug 2016. Actualizado a las 17:40 h.

Se lo inventaron todo. El rocambolesco asalto a punta de pistola en Río de Janeiro que el popular nadador estadounidense Ryan Lochte y tres de sus compañeros relataron el domingo por la mañana al llegar a la Villa Olímpica era mentira. Venían de una fiesta que se les fue de las manos, una noche de excesos que terminó con destrozos en una gasolinera y que los deportistas norteamericanos intentaron tapar. La investigación de la policía brasileña ha demostrado que el asalto nunca se produjo. Según explicó Fernando Veloso, jefe de la policía civil de Río de Janeiro, los nadadores podrían llegar a ser acusados de comunicación falsa de delito y de destrozos. 

Lochte, James Feigen, Gunnar Bentz y Jack Conger aseguraron haber sido víctimas de un asalto a punta de pistola, tras salir de una fiesta en la madrugada del pasado domingo, perpetrado un grupo de hombres que vestían uniformes de policía  La investigación demuestra que los deportistas acudieron a tal fiesta, una celebración en la Casa de Francia, en el barrio de la Lagoa, donde habrían estado con tres mujeres jóvenes -a quienes busca la policía-. Antes de regresar a la Villa Olímpica, en Barra de Tijuca, cogieron un taxi y pararon en una gasolinera. Estaban bebidos y alterados, según los testigos, y realizaron destrozos en el baño y otras instalaciones de la gasolinera, lo que obligó a los empleados a intervenir y avisar a la policía militar y a los guardias de seguridad.

Trataron de retenerlos a la espera de la policía, pero los nadadores se resistieron. Uno de ellos les apuntó con una pistola. Finalmente, asumieron el coste de los destrozos -pagaron 20 dólares y 100 reales (unos 33 dólares)-, subieron al taxi y regresaron a la Villa Olímpica, según relató el jefe de la policía.

Veloso subrayó que, pese a que uno de los guardias de seguridad les apuntó con su arma, «no hubo ningún tipo de violencia con los atletas» ni abuso de autoridad. La investigación policial, las imágenes de los vídeos de la gasolinera y la Villa Olímpica lo confirman.

Las últimas declaraciones prestadas ante la policía brasileña por dos de los nadadores involucrados, Gunnar Bentz y Jack Conger, ratifican las conclusiones de la investigación.

El miércoles, la Justicia brasileña prohibió la salida del país de los cuatro deportistas, pero Lochte ya se había marchado. Bentz y Conger fueron interceptados por la policía cuando se disponían a subir al avión y, aunque se negaron a declarar en la comisaría del aeropuerto, acudieron posteriormente a testificar y cooperar con la policía local. El jueves recuperaron sus pasaportes y abandonaron la ciudad.

El Comité Olímpico de Estados Unidos pidió disculpas este jueves tanto a Río de Janeiro como al pueblo brasileño por el «inaceptable» comportamiento de los deportistas. Scott Blackmun, presidente del organismo, valoró en un comunicado que la forma de actuar de los atletas «no representa los valores» de la delegación estadounidense y explicó que desde dentro evaluarán la cuestión y la posibilidad de «potenciales consecuencias».

Mientras, el escándalo ha provocado ya un intensa reacción en las redes sociales, donde se multiplican las críticas contra Lochte, el más popular y considerado el «cerebro» de la invención del asalto, porque fue quien lanzó esa versión y mantiene además contratos millonarios con reconocidas firmas asociadas al deporte. El jefe de la policía de Río considera que los deportistas deben, al menos, una disculpa al pueblo brasileño. Este viernes, el abogado de James Feigen ha anunciado que el nadador donará 10.800 dólares tras el escándalo.

Lochte pide perdón

A través de las redes sociales, Ryan Lochte quiso pedir disculpas tras admitir su falta de sinceridad en la narración de los hechos: «Quisiera disculparme por mi comportamiento de la semana pasada, por no haber prestado más atención y por no haber sido más franco en la manera en la que sucedieron los hechos aquella madrugada», escribió.

El nadador lamentó en el escrito que se haya convertido en el centro de atención «cuando muchos atletas están cumpliendo su sueño de participar en unos Juegos Olímpicos», el evento deportivo más importante y que es seguido por millones de personas en todo el mundo.

El multimedallista olímpico precisó que si no había hablado hasta ahora era porque quería asegurarse de que sus tres compañeros nadadores implicados en el altercado de aquella noche fueran libres de poder abandonar Brasil. Lochte, Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feigen dijeron haber sido victimas de un asalto a mano armada por parte de hombre vestidos de policías de Rio de Janeiro después de abandonar una fiesta en la Casa Francia.

 


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